sábado, 8 de agosto de 2015

Que se pudra!

Ayer nos enterabamos de tu muerte y nos alegramos. Y a la vez nos invadió, por un lado, esa tremenda sensación de asco que provoca el sólo escuchar tu nombre, y por otra, la rabia de entender que te vas sin pagar tus crímenes.

Son tantos tus delitos, es tanta la perversidad que simbolisas, ser inmundo, maldito general de la traición, del horror y la tortura que, para ti, la muerte es un premio.

Hasta el día de tu muerte no sentiste ni el menor arrepentimiento, por el contrario, te sentías orgulloso de tus crimenes. Claro, el destrozar cuerpos indefensos, asesinarlos y hacerlos desaparecer era por “el bien de la Patria”, de esa “Patria” de ricos y poderosos, de quienes fuiste su perro faldero, fiel y celoso guardían.

Hoy, que tu vaho putrefacto ya no contamina el aire, se me vienen a la memoria, con más fuerza que nunca, nombres y rostros de quienes le dieron sentido a las palabras Militancia, Convicciones, Principios, DIGNIDAD, palabras que tú y tus iguales JAMÁS podrán comprender.

Y desde lo más profundo de mi ser, le rindo honores a todos los que por tus ordenes fueron asesinados: a Orlando Letelier y Ronni Moffitt, a David Silberman, a Carlos Prats y Sofía Cuthbert, a Miguel y al Bauchi, a Lumi y Sergio, a los centenares de perseguidos y torturados, destrozados y desaparecidos en esos lugares de horror, las carceles secretas como “Villa Grimaldi”, Cuatro Álamos, Colonia “Dignidad”, Londres 38, el Cuartel Ollagüe, la “Venda Sexy” o el Cuartel de Avenida Simón Bolívar, por nombrar los más “emblemáticos”.

Se me agolpan en la mente las víctimas de la “Operación Colombo” y los 119 Mártires, la heroica militancia de Calle Conferencia, la secuestrada dirección clandestina del PS, todos ellos asesinados por ordenes dadas por ti y ese otro asqueroso criminal de Pinochet. Ordenes que daban desde sus escritorios, porque además de asesinos eran unos miserables cobardes.

Y hoy también recuerdo a mis tias y tios, primas y primos, abuelo y tios abuelos, perseguidos, encarcelados y torturados. Un abrazo agradecido por su ejemplo y firmeza en esos duros momentos.

Nuestros héroes y mártires “volverán como pájaros a posarse otra vez en el futuro” y sus nombres seguirán siendo recordados con respeto y admiración, mientras que el de este infame será escupido, vomitado, quedando maldito para siempre.

El criminal ha muerto sin pagar, como todos los de su calaña, pero tenganlo por seguro todos los torturadores y criminales, sus patrones y sus complices de uniforme o civiles......

NADA NI NADIE ESTÁ OLVIDADO!

Ahora haré un brindis por su muerte, para que se queme eternamente en el infierno

Si, voy a brindar, pero con agua, para no enturbiar ni un instante este momento de felicidad y gritaré con fuerza nuestro compromiso

NO HAY OLVIDO NI PERDÓN!

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