miércoles, 23 de noviembre de 2011

Prisionero por torturar a Chile - Por Erick Zott

Comunicacion y adjunto hecho llegar por el ex prisionero Eric Zott, desde Viena, Austria.

Estimados Srs. de la Agencia de noticias Orbe.

En la medida que se han tomado la libertad de citarme – sin previa consulta, ni concederme la oportunidad de desmentirles - como autor de declaraciones falsas, que buscan confundir y manipular a la opinión publica, me veo en la obligacion de exigirles que publiquen y difundan - de igual forma - mi categórico desmentido (Krassnoff: Prisionero por Torturar a Chile) a las infamias de Krassnoff vertidas en su libro y hoy profusamente difundidas a traves de su agencia, bajo el falso titulo “Declaracion Judicial de Ex Mirista....”

Cabe decir que no existe en ningun tribunal chileno, ni del mundo, una declaracion en donde yo afirme lo publicado mas abajo, en todos los procesos en que he declarado queda expresamente claro que Krassnoff fue autor material e intelectual de los crímenes por los cuales se me cito a declarar y posteriormente se le ha condenado. Por lo tanto, les ruego que  - en aras a las obligaciones legales y de etica periodistica - informen debidamente a opinión publica y publiquen mi desmenido en el adjunto aludido, de la misma forma y contexto que la informacion difundida por ustedes mas abajo.

Agradeciendo de antemanos la favorable acogida, les saluda Atte.

Reinaldo Antonio Erick ZOTT CHUECAS
Funcionario ( R ) United Nations
Johannesgasse 3
A-1010 Wien (Viena-Austria)
Tel. 0043 699 107 66773
E-mail: erick@floridita.at

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Prisionero por torturar a Chile

La reciente publicación de Prisionero por servir a Chile, de Miguel Krassnoff Martchenko y Gisela Silva Encina , es una burda manipulación  de los hechos históricos y semi biográficos por el otrora torturador, que se hacía y aún se hace llamar  un “inocente analista”de la infaustamente recordada DINA.

Erick Zott, una de sus víctimas, desmiente puntualmente cada una de las difamaciones que, sobre él,  pretende hacer este criminal.

Por Erick Zott

Prisionero por servir a Chile revela la acción desesperada de un ex oficial operativo de la DINA, Miguel Krassnoff Martchenko, condenado por crímenes de Lesa Humanidad para reclutar voluntades que apoyen su “causa” criminal.

Esta biografía por encargo, refleja fielmente el autorretrato característico de quienes, como él, no han tenido la dignidad, ni el coraje civil de asumir sus responsabilidades, ni de responder por sus actos ante el Estado que lo acogió, ni ante la institución que lo invistió para la defensa de su país y no para el asesinato de sus ciudadanos, y mucho menos ante los subalternos que involucró en acciones criminales. Miguel Krassnoff Martchenko, tampoco ha sido capaz de firmar con su nombre esta versión fantasiosa mediante la cual pretende auto exculparse de todos los crímenes cometidos. Un triste legado para un actor comprometido y condecorado por sus “atributos” y “habilidades” operativas en la guerra sucia y quien, al mismo tiempo, se encubre de “inocente analista” frente a los tribunales, su familia y la opinión publica.

Me avocaré, pues, a desmentir  los abusos de razón y difamación que directamente me aluden y que están expuestos en las páginas 169, 170 y 171 bajo el título: Un paréntesis: el testigo venido de Londres


Los hechos

El 25 de septiembre de 1992, fui citado por la Ministro en Visita de la Corte de Apelaciones de Santiago Sra. Gloria Olivares, con el objetivo de ratificar mi declaración policial frente al tribunal a su cargo. Como consecuencia de esta declaración, el día 28 de septiembre del mismo año, se realizó un careo con el inculpado Miguel Krassnoff Martchenko, para ratificar mis dichos referente a las funciones que me eran conocidas de éste como jefe y responsable operativo de la DINA en la represión al MIR.

En aquella declaración afirmé que al momento de mi detención -17 de enero de 1975- pude constatar que Miguel Krassnoff Martchenko, conocido por el alias de “Capitán Miguel”, pertenecía a la jefatura de la Brigada Caupolicán (dependiente de la Brigada de Inteligencia Metropolitana de la DINA) y tenia bajo su mando directo las unidades operativas Halcón 1 y Halcón 2, unidades con dedicación exclusiva a secuestrar, interrogar bajo torturas, a todo sospechoso(a) de estar vinculado en alguna forma con el MIR. El “Capitán Miguel”, junto a Marcelo Moren Brito, alias “El Coronta”, su jefe superior (jefe de todas las unidades operativas BIM-DINA adscritas al Cuartel Terranova) eran los dos personajes más representativos y reconocidos del terror que reinaba en el “Cuartel Terranova” o “Villa Grimaldi” en esta época1.

Toda persona relacionada con temas judiciales conoce el rigor protocolar que rodea una declaración bajo juramento frente a un tribunal. Y más aun las formalidades requeridas en un careo entre testigos e inculpados, realizados en presencia de un Ministro en Visita de la Corte de Apelaciones. Por lo tanto, el relato contenido en las páginas aludidas de su libro, es una burla a las víctimas, al sentido común de las personas que desean conocer la verdad y, de paso, al tribunal en referencia. Ningún testigo impone condiciones, ni da instructivas al juez responsable de la causa.

Dicho lo anterior, no prestare atención a los falsos diálogos-monólogos que, según los autores del mencionado libro, yo le habría  formulado a la Ministro y al inculpado, por tratarse una torpe ficción para inventar opiniones de reconocimiento que buscan lustrar una conciencia desbordada de daños irreparables. Sólo me voy a referir a las difamaciones que según su relato yo habría dicho en el marco de este careo.


Aclaraciones

1. Londres y la BBC: En primer lugar debo señalar que fui detenido por la DINA el 17 de enero de 1975 en Viña del Mar2, detención que se prolongó hasta el 6 de noviembre de 1976, fecha de mi expulsión del país. Desde el 7 de noviembre de 1976, resido en la ciudad de Viena (Austria) y desde 1979 trabajo para las Naciones Unidas (UNOV). Eso quiere decir que nunca he residido ni de manera temporal o permanente en otra ciudad u otro país que no haya sido éste y, menos en Londres. Tampoco he trabajado ni he establecido contacto alguno bajo ningún concepto o pretexto con la BBC de Londres.

Por otra parte, al momento de mi salida forzosa de Chile tampoco tuve la opción de elegir el país donde pasar mi exilio, y, en el caso de haber sido así, seguro que no lo hubiera hecho influido por el interés de conocer el pasado de Miguel Krassnoff Martchenko y/o sus antepasados familiares, como se afirma de modo teatral en el mencionado relato.

2. Pagos de pasajes y estadía: Desde mi detención, he hecho innumerables declaraciones policiales y judiciales (dentro y fuera de Chile) relacionadas con investigaciones a las violaciones de los DDHH. Afortunadamente, hasta hoy, nunca me he visto en la obligación de demandar reposiciones o pagos a ninguna institución privada o del Estado para cubrir los gastos originados por éstas. Con esto no quiero, desde luego, desacreditar a aquellos testigos sobrevivientes que por justas razones se han visto obligados a solicitar apoyo material para estos efectos.

3. La DINA versus Inteligencia: “Tortúrenla(o) hasta que se muera”
Tuve la suerte de sobrevivir la labor de Inteligencia de la DINA y la de sus “analistas”.
La aplicación indiscriminada de flagelaciones y tormentos de toda índole a las víctimas, fueron los únicos “métodos” para la recolección de información de las llamadas fuentes directas, como se dice en el argot de Inteligencia. En Villa Grimaldi -como seguramente ocurrió en los otros centros de tortura-  se escuchaba diariamente los gritos de los “analistas” Marcelo Moren Brito y Miguel Krassnoff Martchenko tortúrenlo(a) hasta que se muera. El terror de la DINA consistió en hacer vivir la tortura y la masacre de las víctimas a  flor de piel  las 24 horas al día.

Es de señalar, por otra parte, que en la DINA los interrogatorios no eran registrados de ninguna manera, ni escrita, ni grabada, por lo tanto, los agentes en presencia y acto conocían la información, la “procesaban” y “actuaban” en consecuencia, todo al mismo tiempo. Además de que un agente operativo de la DINA (como el caso de Miguel Krassnoff, alias “Capitán Miguel”) tenía la multifunción de detener, interrogar y analizar la información obtenida para volver a comenzar con nuevas detenciones y así continuar con el espiral represivo. Después de dar por concluido un caso bajo investigación, el oficial al mando de la unidad responsable procedía a calificar los  detenidos y sobre estas evaluaciones se decidía el destino final de la víctima.

Por lo tanto, la única característica y definición indiscutible para este camuflado organismo de inteligencia, es que fue una asociación ilícita para ejecutar el exterminio de los “enemigos políticos” de Pinochet, con licencia para matar y delinquir sin límites, quedando respaldados por la impunidad global que les garantizaba Augusto Pinochet.

4. Miguel Krassnoff Martchenko y sus antepasados
Al casi concluir el careo con Miguel Krassnoff Martchenko y en una obligada interrupción del actuario de la Ministro, se debió hacer una pausa, momento que el Sr.  Krassnoff  utilizo para un iniciar un Smalltalk que más o menos se desarrollo de la siguiente manera:

Miguel Krassnoff Martchenko (MKM): ¿Así es que usted vive en Austria?
Erick Zott (EZCH) : Efectivamente...
MKM: Interesante país...
EZCH: Así es -asentí nuevamente y acotando a continuación-  especialmente para usted...
MKM: ¿Porque debería serlo?, preguntó
EZCH: Porque usted nació en Austria (15 de febrero de 1946, en el hospital de Lienz, Osttirol, Austria)

Acto seguido, MKM  se desabrocho la guerrera y le pidió permiso a la Ministro para fumar...el que yo supiera que el había nacido en Austria lo desconcertó y la curiosidad paso a ser el factor dominante de este inofensivo Smalltalk. Hubo un silencio que delató el no saber como continuar y posteriormente el preguntó...

MKM: ¿Cómo lo sabe?

La Sra. Ministro intervino diciendo que si queríamos, estábamos autorizados a  conversar Off the Record.

Sin dudar, decidí relatarle lo que sabía sobre su pasado y sus antepasados.

EZCH: Hace unos años, en un reportaje de la televisión austriaca (ORF) referente al rol de Austria en la llamada “Segunda Republica” (“Oesterreich II”), en el capítulo que hace referencia a las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial (mayo de 1945). El relato pone atención en el frente Sur, en el Norte de Italia, donde las tropas alemanas se batían en retirada y al mencionar a sus aliados, se hace referencia a una Division Cosaca al mando del General Timofei Domanows, una agrupación militar compuesta en su mayoría por refugiados cosacos y sus familias3. A esa fecha ellos tenían la finalidad de apoyar la retirada de las tropas alemanas hacia el Norte (protegerlos de los partisanos de la resistencia italiana). Al mostrar algunas imágenes sobre ellos, se hace referencia a Piotr Nikolaevich Krasnow (1869-1947)4, quien en los últimos meses se había integrado como Ataman a esta agrupación.

Estupefacto al escuchar el nombre Krasnow, redoblé todos mis sentidos y la atención en el programa. Aquí me informo, que el 7 de mayo de 1945, las tropas cosacas,  después de haber cruzado la frontera austro italiana en el Tirol del Este, se entregan a los ingleses y estos los recluyen en un improvisado campamento en el valle del río Drau (Drautal) en Lienz (Osttirol). Aquí, alrededor de 50.000 cosacos -soldados con sus familias- permanecieron 22 días antes de ser deportados a la zona controlada por el Ejercito Rojo (Judenburg- Steirmark), esta operación fue conocida como Operation Keelhaul5, y pone un  macabro final a la aventura militar de los cosacos como aliados y dependientes de las SS alemanas en la Segunda Guerra Mundial.

El nombre Piotr Krasnow, despertó la curiosidad por saber qué posible vinculo podría tener con Usted. Contacté a los autores del documental, los que me derivaron a los archivos por ellos consultados y a investigar en el pueblo de Lienz. Allí visité el gabinete de Identificación local y atónito pude comprobar que en estos registros figura el nacimiento -el día 15 de febrero de 1946, en el hospital local- de Michael Krasnow, hijo de Semjon Krasnow y Dhyna Martchenko. Un nombre y dos apellidos que fonéticamente correspondían a los suyos (Miguel Krassnoff Martchenko) y de acuerdo a la fecha,  (el nacimiento se produjo después de 9 meses y 14 días de la deportación), fue un importante antecedente cronológico que confirmo los paralelos.

Hasta aquí mi relato Off the record sobre el cual MKM no pudo ocultar su sorpresa. Acto seguido, MKM me pregunto si seria posible tener acceso a este material. A lo cual respondí afirmativamente, que estaba dispuesto a no solo enviarle el material referido, sino también recabar más información -en archivos aun si explorar- respecto al destino de sus antepasados, con la única condición que el también aportara antecedentes confiables sobre la suerte corrida por los Detenidos Desaparecidos que este tribunal estaba investigando. MKM reacciono con silencio y con un gesto de insistencia a su deseo, me da su tarjeta de visita y aceptándola le insistí  que la iniciativa quedaba en sus manos.

Hasta aquí lo formal e informal de este tramite judicial.


El Fin Justifica los Medios. A pesar de lo irrelevante de la gestión jurídica, encontré un buen argumento para extender mi información sobre los antepasados de MKM, tratar de encontrar rastros orientadores sobre este particular y siniestro personaje de la represión chilena. Efectivamente, pude constatar que hay muchos paralelos - mas allá de los familiares- entre los roles de las generaciones pasadas de MKM y su propia historia personal. Esta agrupación de Cosacos del Don, que sirvió como la guardia de elite del Zar (Ataman) fue la encargada y responsable de llevar la “guerra sucia” en la represión contra la oposición antizarista.

Posteriormente, derrocado el Zar y hechos prisioneros, se les propuso una libertad a cambio de desistir en acciones antisoviéticas, aceptaron y fueron liberados.  Sin cumplir el compromiso empeñado, se aliaron con cualquier país o  ejercito para intentar revertir su derrota frente al nuevo régimen imperante. Después de deambular por Europa y cansados de insistirle a Hitler que los integraran militarmente como aliados, este - en 1943 - los destino a las SS como un Cuerpo de Combatientes Voluntarios Freiwilligenverbaende (Por el hecho de no ser arios, no se les dio uniformes, ni otorgo el rango militar usual de sus pares, tampoco se les llevo a un frente militar convencional) y su triste misión consistió en apoyar (haciendo el trabajo sucio) la represión a los partisanos de Tito en los Balcanes y  otra parte de los Cosacos del Don, haría  lo mismo contra los partisanos italianos: Sobre los logros y éxitos de estas campañas, la historia habla por si misma y a pesar de que sus propios escritos están llenos de gloria, heroísmo y medallas. Los historiadores europeos les asignan pálidos perfiles, de convicciones de oportunistas, antisemitas y de anticomunistas, caracterizándolos además como indolentes e implacables frente al dolor ajeno.

De tal palo, a tal astilla. El destino - y algunos intermediarios - quiso que a Miguel Krassnoff Martchenko y su familia se les otorgara asilo emigratorio en Chile. Su abuela fue la encomendada de transmitirle la tradición cultural sobre sus orígenes y la que – contra la voluntad de su madre – lo motivo para hacer la carrera militar. El golpe militar y sus “destacados meritos” en las operaciones militares contra civiles,  lo promocionaron a la tropa de elite de Pinochet, creada para concluir la guerra sucia iniciada el 11 de septiembre del 73. Consumando los abusos de casualidad, esta tropa  llevaría el mismo nombre de su madre. Con todos estos componentes y un par de medallas, quedaba sellado su CV en la huella de sus antepasados.

Las mujeres y hombres que sufrimos de su indolencia, que fuimos testigos de sus acciones criminales y que tuvimos la suerte de sobrevivir el holocausto chileno: no tenemos derecho a callar. Las imborrables vivencias de aquellos días, son nuestro  patrimonio para denunciar y enfrentar a todos aquellos soldados de la Guerra Sucia que aun se escudan de analistas, y que adolecen de la dignidad y el coraje civil para asumir sus responsabilidades.

Las investigaciones contra criminales de Lesa Humanidad son empresas de largo aliento. La voluntad política, social e institucional que los protege, impide que estos casos se resuelvan con la agilidad jurídica acostumbrada. Los tribunales europeos continúan atendiendo casos o abriendo nuevos expedientes sobre denuncias de hechos que se originaron alrededor de 70 años atrás. Lamentablemente, el tiempo juega a favor de la impunidad, pero la perseverancia por conocer la verdad  y hacer justicia han obtenido logros de gran valor jurisprudente y Chile tiene buenos ejemplos en este campo. Lo destacable es que estas investigaciones se hacen respetando cada coma dictada en los códigos de justicia, es mas aun, normalmente sus derechos se convierten en privilegios y las penas que reciben son inferiores a las de sus pares condenados por delitos comunes.  Paradojalmente, estas son las garantías y derechos que ellos jamás nos concedieron.

Mi compromiso con las investigaciones a las violaciones de Derechos Humanos es un acto racional, voluntario y vitalicio, lo adopte en los primeros días de cautiverio en el Campo de Tres Alamos, cuando aun negado a aceptar la realidad, fui tomando  conciencia en la existencia  de los Detenidos Desaparecidos. El constatar que muchos de mis compañeros de detención y cautiverio en Villa Grimaldi fueron victimas del peor crimen de Lesa Humanidad, me marcó con la evidencia de mi nuevo estatus: un sobreviviente privilegiado sin derecho a callar.



3


1 La DINA fue creada y conceptuada como un organismo supremo, conductor y ejecutor de la Guerra Sucia posterior al golpe militar, habilitado para asumir y dirigir la política de exterminio de los enemigos políticos de Pinochet, sin obligaciones, ni responsabilidades de producir inteligencia para otros servicios o instituciones. Para garantizar estos objetivos, se estructuró una agrupación paramilitar con mando y dependencia directa de Pinochet, la que le garantizó independencia y poder para ejecutar su “misión” sin ser incomodada por persona o institución alguna.

La DINA nació como una entidad para operar al margen de la ley con sus estructuras compartimentadas y sus infraestructuras (cuarteles y cárceles) secretas. Su financiamiento, la logística, el armamento y transporte -en su gran mayoría- tenían orígenes ajenos al de las instituciones de la defensa nacional. El uso de identidades falsas, es una de las características que rigió su funcionamiento. Además, los criterios y fuentes de reclutamiento de su personal fueron más allá de las instituciones de las FFAA (civiles, extranjeros, funcionarios de investigaciones, gendarmes, carabineros, etc.), por esto, se descarto el uso de grados, uniformes y cualquier identidad corporativa vinculante con organismos regulares de la defensa nacional. Sus miembros fueron elegidos, reclutados, organizados y preparados para cumplir con esta “sagrada misión”.

Por esto no sorprende, que la mayoría de su personal, tenga un destacado prontuario como autores materiales de crímenes de Lesa Humanidad previos a su reclutamiento en la DINA, delitos cometidos en el día del golpe militar y/o en las posteriores semanas.

Con este formato “especial” se hizo viable el que la DINA pudiera permitirse “hacer desaparecer” a sus víctimas, el poder secuestrar sin tener que dar cuenta a nadie, ni permitir o aceptar algún tipo de investigación en su contra. Se puso al margen de la ley sin comprometer directamente al Estado.

Este modus explica y hace viable, por otro lado, que los puestos claves (especialmente los operativos), no siempre estaban cubiertos por personas que tenían la antigüedad requerida para esta función, sino por aquellos que “satisfacían los requisitos cualitativos” del Alto Mando de la DINA. Esto hacía posible que oficiales de menor antigüedad o graduación asumieran jefaturas y responsabilidades destinadas teóricamente para oficiales más antiguos. Es por esto, que desde fines de 1974, en la BIM (Brigada de Inteligencia

Metropolitana) residente en el Cuartel Terranova/Villa Grimaldi, no obstante tener un Estado Mayor y decenas de oficiales en diferentes funciones de mando administrativo, para los agentes operativos, torturadores, guardias celadores y detenidos, “El Coronta”, Moren Brito, y el “Capitán Miguel” Krassnoff Martchenko en la practica se imponían como los verdaderos “jefes” de Villa Grimaldi, los que dirigían las acciones represivas y a todo el personal operativo allí adscrito y los que decidían sobre la vida y muerte de los allí secuestrados. Otro ejemplo corresponde al caso del “Guatón” Romo Mena, un civil que en muy corto plazo tuvo la autonomía y el mando destinado a los oficiales operativos de la DINA y que también fue un subalterno directo de Miguel Krassnoff Martchenko.


2 Fui detenido el 17 de enero de 1975 en Viña del Mar por un comando de la DINA dirigido por Marcelo Moren Brito y secundado por Fernando Laureani Maturana y su Unidad Operativa “Vampiros”.

(3) Los Cosacos de Don, después de sufrir reiteradas derrotas en la Guerra Civil Rusa terminaron como luchadores voluntarios del régimen de Hitler y se reagruparon en dos grandes unidades militares. Los cosacos que venían de combatir en los territorios ocupados por el régimen alemán de la ex Unión Soviética fueron integrados en la XV Division de Caballería Cosaca de las SS (XV Cossack Cavalery Corp of Waffen SS) bajo el mando del Teniente General  alemán Helmuth von Pannwitz con la misión de combatir a los partisanos de Tito en la ex -Yugoslavia. La segunda Division, estaba al mando del General cosaco Timofei Domanows, en su gran mayoría compuesta por refugiados (y sus familias) de la Guerra Civil Rusa y radicadas en “Kosakia” (un frustrado proyecto de seudo Estado en el Tirol).  En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, Piotr N. Krasnow se integro como Ataman histórico a esta Division. El objetivo militar de esta Division consistió en combatir a los partisanos de la resistencia italiana. Al final de guerra, ambas divisiones huyen hacia el Norte y se rinden en Austria a los ingleses.

4 Piotr Nikolaevich Krasnow 1869-1947, nacido el 22 de septiembre de 1869 en St. Petersburgo, hijo del Teniente general Nikolay Ivanovich Krasnow, de los cosacos del Don, oficial de la guardia del Zar llamada “Ataman”. Ejecutado (fusilados) el 17 de enero de 1947 en el patio del penal de Lefortowo.



5 La Operación Keelhaul ocurrió el 29 de mayo de 1945, y corresponde al proceso de deportación  por parte de los ingleses de las tropas cosacas prisioneras -aliadas y dependientes del Cuerpo Militar de las SS Alemanas- y que corresponde a una implementación del Acuerdo de Yalta (Yalta, 31 de Marzo de 1945) en el que los aliados se comprometían a deportar a la URSS todos los prisioneros de guerra de origen ruso y también, a aquellos de otras nacionalidades, que hubieran cometido crímenes de guerra en los territorios de la URSS.

Esta operación tiene varios momentos traumatizantes, cuando la tropa fue separada de sus oficiales y estos son llevados a otro campo, en el campamento ya quedo claro cual era el futuro que les esperaba. Allí comenzaron los primeros actos de resistencia pasiva, en donde, rodearon a un improvisado altar – en círculos de niños, ancianos, mujeres y finalmente la tropa desarmada- se pusieron a orar llorando pidiendo clemencia, al momento del traslado, los ingleses debieron reprimir y obligarlos por la fuerza a movilizarse.

Posteriormente, cruzando el puente sobre el río Mur -la línea de demarcación entre ingleses y soviéticos-, Fue aquí donde se generan las escenas más dramáticas que culminan con suicidios y parricidios de cosacos airándose y tirando a sus hijos y mujeres al río Mur, produciéndose un macabro espectáculo que traumatiza a las tropas inglesas y a los habitantes de la zona. En un cementerio cosaco de Lienz, están los nombres y restos de una gran parte de ellos.

En Judenburg, los soviéticos los acuartelan en los depósitos de una fabrica desmantelada y de allí, el día 4 de junio de 1945, trasladan a toda la cúpula  (unas 7 personas que incluyen a Helmuth  Pannwitz , los Krasnov’s y a otros Atamanes) a Baden en Baja Austria volando este mismo día a Moscu. El resto de los oficiales, tropa y familias fueron trasladados en tren a la URSS.

En la URSS, la cúpula militar de los cosacos es procesada y la mayoría de estos generales son condenados a muerte y fusilados el 17 de enero de 1947 en el patio del penal de Lefortowo. El resto de los oficiales y soldados son procesados y condenados a penas de trabajo forzado en Siberia. El año 1947 los cosacos reciben una amnistía, son liberados pero obligados a vivir en Siberia hasta que en 1953, con la muerte de Stalin, se producen las amnistías y liberaciones masivas. Es imposible tener cifras confiables de cuantos cosacos sobrevivieron este proceso, pero los más informados, afirman que alrededor de la mitad de los deportados lograron sobrevivir.

Notas:

1 La DINA fue creada y conceptuada como un organismo supremo, conductor y ejecutor de la Guerra Sucia posterior al golpe militar, habilitado para asumir y dirigir la política de exterminio de los enemigos políticos de Pinochet, sin obligaciones, ni responsabilidades de producir inteligencia para otros servicios o instituciones. Para garantizar estos objetivos, se estructuró una agrupación paramilitar con mando y dependencia directa de Pinochet, la que le garantizó independencia y poder para ejecutar su “misión” sin ser incomodada por persona o institución alguna.

La DINA nació como una entidad para operar al margen de la ley con sus estructuras compartimentadas y sus infraestructuras (cuarteles y cárceles) secretas. Su financiamiento, la logística, el armamento y transporte -en su gran mayoría- tenían orígenes ajenos al de las instituciones de la defensa nacional. El uso de identidades falsas, es una de las características que rigió su funcionamiento. Además, los criterios y fuentes de reclutamiento de su personal fueron más allá de las instituciones de las FFAA (civiles, extranjeros, funcionarios de investigaciones, gendarmes, carabineros, etc.), por esto, se descarto el uso de grados, uniformes y cualquier identidad corporativa vinculante con organismos regulares de la defensa nacional. Sus miembros fueron elegidos, reclutados, organizados y preparados para cumplir con esta “sagrada misión”. Por esto no sorprende, que la mayoría de su personal, tenga un destacado prontuario como autores materiales de crímenes de Lesa Humanidad previos a su reclutamiento en la DINA, delitos cometidos en el día del golpe militar y/o en las posteriores semanas.

Con este formato “especial” se hizo viable el que la DINA pudiera permitirse “hacer desaparecer” a sus víctimas, el poder secuestrar sin tener que dar cuenta a nadie, ni permitir o aceptar algún tipo de investigación en su contra. Se puso al margen de la ley sin comprometer directamente al Estado.

Este modus explica y hace viable, por otro lado, que los puestos claves (especialmente los operativos), no siempre estaban cubiertos por personas que tenían la antigüedad requerida para esta función, sino por aquellos que “satisfacían los requisitos cualitativos” del Alto Mando de la DINA. Esto hacía posible que oficiales de menor antigüedad o graduación asumieran jefaturas y responsabilidades destinadas teóricamente para oficiales más antiguos. Es por esto, que desde fines de 1974, en la BIM (Brigada de Inteligencia Metropolitana) residente en el Cuartel Terranova/Villa Grimaldi, no obstante tener un Estado Mayor y decenas de oficiales en diferentes funciones de mando administrativo, para los agentes operativos, 
torturadores, guardias celadores y detenidos, “El Coronta”, Moren Brito, y el “Capitán Miguel” Krassnoff Martchenko en la practica se imponían como los verdaderos “jefes” de Villa Grimaldi, los que dirigían las acciones represivas y a todo el personal operativo allí adscrito y los que decidían sobre la vida y muerte de los allí secuestrados. Otro ejemplo corresponde al caso del “Guatón” Romo Mena, un civil que en muy corto plazo tuvo la autonomía y el mando destinado a los oficiales operativos de la DINA y que también fue un subalterno directo de Miguel Krassnoff Martchenko.

2 Fui detenido el 17 de enero de 1975 en Viña del Mar por un comando de la DINA dirigido por Marcelo Moren Brito y secundado por Fernando Laureani Maturana y su Unidad Operativa “Vampiros”.

(3) Los Cosacos de Don, después de sufrir reiteradas derrotas en la Guerra Civil Rusa terminaron como luchadores voluntarios del régimen de Hitler y se reagruparon en dos grandes unidades militares. Los cosacos que venían de combatir en los territorios ocupados por el régimen alemán de la ex Unión Soviética fueron integrados en la XV Division de Caballería Cosaca de las SS (XV Cossack Cavalery Corp of Waffen SS) bajo el mando del Teniente General  alemán Helmuth von Pannwitz con la misión de combatir a los partisanos de Tito en la ex -Yugoslavia. La segunda Division, estaba al mando del General cosaco Timofei Domanows, en su gran mayoría compuesta por refugiados (y sus familias) de la Guerra Civil Rusa y radicadas en “Kosakia” (un frustrado proyecto de seudo Estado en el Tirol).  En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, Piotr N. Krasnow se integro como Ataman histórico a esta Division. El objetivo militar de esta Division consistió en combatir a los partisanos de la resistencia italiana. Al final de guerra, ambas divisiones huyen hacia el Norte y se rinden en Austria a los ingleses.

4 Piotr Nikolaevich Krasnow 1869-1947, nacido el 22 de septiembre de 1869 en St. Petersburgo, hijo del Teniente general Nikolay Ivanovich Krasnow, de los cosacos del Don, oficial de la guardia del Zar llamada “Ataman”. Ejecutado (fusilados) el 17 de enero de 1947 en el patio del penal de Lefortowo.


5 La Operación Keelhaul ocurrió el 29 de mayo de 1945, y corresponde al proceso de deportación  por parte de los ingleses de las tropas cosacas prisioneras -aliadas y dependientes del Cuerpo Militar de las SS Alemanas- y que corresponde a una implementación del Acuerdo de Yalta (Yalta, 31 de Marzo de 1945) en el que los aliados se comprometían a deportar a la URSS todos los prisioneros de guerra de origen ruso y también, a aquellos de otras nacionalidades, que hubieran cometido crímenes de guerra en los territorios de la URSS.

Esta operación tiene varios momentos traumatizantes, cuando la tropa fue separada de sus oficiales y estos son llevados a otro campo, en el campamento ya quedo claro cual era el futuro que les esperaba. Allí comenzaron los primeros actos de resistencia pasiva, en donde, rodearon a un improvisado altar – en círculos de niños, ancianos, mujeres y finalmente la tropa desarmada- se pusieron a orar llorando pidiendo clemencia, al momento del traslado, los ingleses debieron reprimir y obligarlos por la fuerza a movilizarse. Posteriormente, cruzando el puente sobre el río Mur -la línea de demarcación entre ingleses y soviéticos-, Fue aquí donde se generan las escenas más dramáticas que culminan con suicidios y parricidios de cosacos airándose y tirando a sus hijos y mujeres al río Mur, produciéndose un macabro espectáculo que traumatiza a las tropas inglesas y a los habitantes de la zona. En un cementerio cosaco de Lienz, están los nombres y restos de una gran parte de ellos.

En Judenburg, los soviéticos los acuartelan en los depósitos de una fabrica desmantelada y de allí, el día 4 de junio de 1945, trasladan a toda la cúpula  (unas 7 personas que incluyen a Helmuth  Pannwitz , los Krasnov’s y a otros Atamanes) a Baden en Baja Austria volando este mismo día a Moscu. El resto de los oficiales, tropa y familias fueron trasladados en tren a la URSS.

En la URSS, la cúpula militar de los cosacos es procesada y la mayoría de estos generales son condenados a muerte y fusilados el 17 de enero de 1947 en el patio del penal de Lefortowo. El resto de los oficiales y soldados son procesados y condenados a penas de trabajo forzado en Siberia. El año 1947 los cosacos reciben una amnistía, son liberados pero obligados a vivir en Siberia hasta que en 1953, con la muerte de Stalin, se producen las amnistías y liberaciones masivas. Es imposible tener cifras confiables de cuantos cosacos sobrevivieron este proceso, pero los más informados, afirman que alrededor de la mitad de los deportados lograron sobrevivir.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Que veinte años no es nada?

Me levanto corriendo, contesto medio nervioso, me imaginaba la razón del llamado. “Ya, perfecto,  quedate tranquila, acá todo en orden, me preocupo de dejar a los niños y parto“.

Corriendo, a la ducha, preparar un Café rapido, una leche con cacao para mis enanitos, llamados por teléfono a unos amigos…“pueden ver a los niños? No, no es necesario que los lleven a la escuela, hoy hacen la „cimarra“ oficial y autorizadamente!“.

Llamo a los viejos y hablo con mi Papá.. „Sí, hay que correr, …...te espero en un rato. Lo de los niños ya está resuelto, no se preocupen“.

Casi cómo en el aire nos arreglamos, „desayunamos“ y  poco menos que en la calle termino de peinar a los niños. La mañana está agradable aún cuando todavía está oscuro. A „marchas forzadas“ caminamos rumbo a la casa de los Pinto. Cristina va a quedarse a cargo de los chicocos. ….“cualquier cosa, avisanos“; „No se preocupen, los mantengo informados“.

En ese momento aparece mi  Papi, me subo al auto………partimos soplados. 20 minutos depués ya hemos llegado, subimos las escaleras corriendo, agitados y nerviosos. Un pequeño intercambio de abrazos, un „vayase tranquilo“ y mi Papi parte.

Son ya las 7 y 30 de la mañana y esta vez la cosa va en serio!

8.40 horas y estamos en el „séptimo cielo“. En este preciso momento nace el tercer hijo. Despues de 8 años volvemos con Olga a sentir una vez más esos retorcijones y enredos de tripas, razones y sentimientos que provocan esas vidas chiquititas cuando llegan.

Pablo hizo su „entrada triunfal“ a este mundo tan tranquilo y tan meditadamente como siempre lo ha sido en su vida posterior.

Olga está bién, contenta y tranquila, cansada y „chocha“. Una semana lleva ya en la Clínica: Varios „ahora si“ y una y otra vez falsa alarma. Una semana en que lo único que podíamos hacer era seguir esperando. Pero ahora fue en serio! El agotamiento se le nota en la cara, pero ya los dolores del parto han pasado……ahora vienen los dolores y las alegrías de criar una nueva vida.

Salgo de la Sala de Partos a hacer los llamados correspondientes, a mis padres, a los suegros, a mi abuelita Ana, a los amigos y pienso que la vida, pese y después de todo, es bellisima.

20 años han pasado desde ese momento y hoy, al mirar a mi hijo, me siento tan orgulloso de él, al igual que de los dos mayores. Es un muchacho de una inteligencia privilegiada, sencillo, amable, querendón y solidario. Con el corazón bien puesto al lado izquierdo del pecho, de la vida y de la historia.

Si, Pablo es un buen hijo, un buen hermano, un buen tio. De una capacidad de análisis critico tremendo, capaz de desmenuzar problemas y armar soluciones, no siempre facil de entender y siempre capaz de sorprendernos.

Un joven que nacido en el extranjero se siente tan chileno como el que más. Que vibra y sufre con lo que pasa en „nuestro Chilito“, orgulloso de su familia, de su sangre, historia y apellido. Que mezcla más hermosa la de él y la de sus hermanos! Nieto y bisnieto de luchadores sociales que entregaron todo, criado escuchando, sintiendo y vibrando con La Marsellesa Socialista y La Internacional, entre libros, panfletos, documentos, estudios y marchas. Y asi, se ha ido formando su propio criterio, cometiendo sus propios errores y soñando y delineando su propia utopia.

Nos ha dado miles de alegrías, de sustos y rabias. Hemos llorado y reído, de contentos y de miedo. Hemos pasado centenares de noches sin dormir, cuidando su sueño, sintiendo su pulso, mirando su rostro de niño bueno.

Que 20 años no es nada? No, eso no es cierto: es el tiempo en que una vida maravillosa ha ido adquiriendo nombre, rostro y personalidad propia. Es nuestro hijo, Pablo Sebastian que hoy, 13 de noviembre del 2011, cumple 20 años.

Hijo, para ti en este día especial, recibe lo que más te podemos dar: nuestro amor, nuestro cariño.

Un abrazo grande y apretado de tus padres que te quieren.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Me gustan los estudiantes.........

Latente desde hace años y agudizada por la ausencia de canales de expresión, por la estrechez del marco institucional de solución de conflictos y por un modelo que se ha ido quedando sin márgenes de maniobra, revienta con una fuerza impresionante: La crisis se ha hecho visible y omnipresente!

sábado, 27 de agosto de 2011

EL EXILIO CHILENO EN AUSTRIA:

A modo de introducción


Cuándo comencé a escribir mis recuerdos y reflexiones, a pasar al papel éste rememoriar, no imaginaba que recordaría tanta angustia, tanto miedo y dolor guardado por años, más aún cuando siempre he buscado acordarme de los momentos bonitos del exilio, mecanismo que no ha sido más que una autodefensa, una cuestión de “sanidad mental”.

No he hecho distinción de “lo temporal” y escribo indistintamente en pasado, presente y futuro. Asi también no siempre distingo entre el “nosotros” y el “ yo y más de una idea sale un poco enredada. La memoria, cómo archivo de mi historia, no se guía ni ordena por reglas ortográfícas, gramaticales o por estilos; es mi vida, con mi desorden y mis aportes, mis sueños, mis temores y mis seguridades, mis aciertos y mis fracazos.


Estos apuntes no son algo acabado, ni los capitulos son cerrados o estrictos en su contenido. Más bien son una invitación a que pensemos lo que ha significado el exilio como "experiencia colectiva" y como situación que afectó a los exiliados en tanto individuos, con sus debilidades y sus grandezas humanas tantas veces puesta a prueba.


Mientras he estado escribiendo y recordando, así como durante la „revisión y actualización“ de estos apuntes, se ha arraigado en mi aún más ese convencimiento de que el exilio y los exiliados merecen un reconocimiento. Este rememoriar, me ha hecho ver en su magnitud, todo el tremendo aporte que el exilio hizo a la lucha antidictatorial y a la reconstrucción democrática de Chile.


Quién podría negar que uno de los grandes logros del exilio chileno en general y, por lo tanto también nuestro, fue el de haber generado tal nivel de solidaridad con nuestro pueblo y la lucha antidictatorial, que el régimen militar quedo en un casi absoluto aislamiento internacional. Era un „Régimen Paria“ con el que nadie quería tener algo que ver, al menos oficial y públicamente.


Y junto a la tarea de denuncia, estaba el apoyo concreto y permanente a nuestros presos y a los “clandestinos” y sus familias. Quizás llame a risa, pero además y durante años, mantuvimos vivas a organizaciones politicas y sociales, „Ollas Comunes“ y proyectos culturales y contestatarios a “punta de empanadas”. Y eso implicó un esfuerzo inmenso![1]


Reconocera alguna vez la "democracia chilena", Chile como Pueblo y Nación, la labor de los exiliados?


Hoy vemos el dolor y la tristeza de aquellos que se quedaron sin construir familias propias, que abandonaron sus estudios y sacrificaron la alegría y el futuro personal en aras del Proyecto de Cambios. Lo cierto es que muchas relaciones de pareja fracazaron cuando recien comenzaban, otras ni siquiera tuvieron una oportunidad, ya que las prioridades de decenas y centenares de militantes comprometidos no les dejo espacios para concretizarse. Y uno sabe que si hubiera que hacerlo de nuevo, estarían / estaríamos ahí otra vez, porque la Utopía por la que se estuvo dispuesto a todo sigue siendo valida.


Así, como con toda justeza se reconoce y rinde homenaje a quien entregó su vida, sufrió la carcel y la tortura, debería de reconocerse el aporte de quienes, desde el exilio, sacrificaron sus proyectos de vida en función de apoyar y concretizar el proceso liberador.


Y hay que decirlo, gritarlo en la cara de quienes ningúnean al exiliado: aqui hay decenas y centenares de compañer@s que dieron todo, sin pedir ni esperar nada y a los cuales nadie les ha dicho gracias.


Aqui hay compañer@s que ayudaron a mantener durante años a las organizaciones clandestinas y a muchos de los „Lideres“ de hoy. Compañer@s que se preocuparon de las relaciones y el apoyo internacional, de la propaganda y de la información. Sin ir más lejos, aqui en Austria, hay decenas de compañer@s que trabajaron en el „Camino de Allende“[2], que organizaron y/o participaron de la Campaña para financiar el Busto del Presidente Mártir, así como muchos que estan, hoy y siempre y pese a todo, en las actividades del Monolito a Allende[3] y , hoy, buscan cómo seguir aportando al Movimiento Social.


Dónde está el reconocimiento a quienes levantaron decenas de Carpas en la “Volksstimmefest” y en la “Donauinselfest”[4], a quienes sacaron adelante ese proyecto llamado “Arauco”, que convocó tantas voluntades y significó tanto sacrificio y esfuerzo, entregado con alegría y desinteresado compromiso[5]?


Lo que intento con este rememoriar es ayudar a evitar el que nos invisibilizen, que se olvide que ha existido un exilio comprometido, que se dió con todo y sin reservas y que muchas veces ha sido y es vilipendiado en forma barata y grosera por "heroes de última hora" y otros que quisieran olvidar todo y, por ende, condenarnos a una suerte de „borrar de la memoria"[6].


Ese Exilio perdura, continua en las personas que seguimos „viviendo afuera“, con nuestros dramas y nuestros "cototos", añorando ese país, esa „larga y angosta faja de tierra“ terremoteada y gobernada por payasos, mercaderes, mercenarios y oportunistas. Ese Chile del cual seguiremos siendo parte y que „nos duele hasta el Alma".


Aqui, en estas Notas, no está la verdad única, no es “la papa”. En estos recuerdos y reflexiones confluyen la experiencia de lo vivido y de los recuerdos colectivos, lo leido, conversado, aprendido, visto y asumido como propio[7]. Y es, por sobre todo, mi historia, mi verdad y mi memoria, tanto tiempo guardada, que hoy, decidido a abrirla, la quiero compartir con ustedes.


A todos ellos, a los que durante estos ya casi 38 años no han dejado de aportar, de luchar, de seguir creyendo en ese cambio radical y necesario, les entrego estos apuntes como un pequeño homenaje, para que en conjunto escribamos entonces esa historia, nuestra historia,


Un abrazo a todo los que han sido y son parte de esta história de exilio y dolor, alegría y certidumbres, interrogantes y esperanzas. El exilio ha sido una experiencia extremadamente dura, la dignidad con que la gran mayoría lo ha enfrentado es lo que me reconcilia todos los días con mi gente!
El exilio chileno en Austria


El exilio chileno fue, por su carácter masivo y fundamentalmente político, diferente a otros tipos de „migraciones“ que se basaban principalmente en aspectos de carácter social o económico.


El exilio forzado, desesperado la más de las veces, que sufrieron miles de compatriotas, provocó una situación de desamparo y crisis en lo físico, material, moral y emocional. Al abandonar el país de un modo imprevisto, no planificado ni meditado en profundidad y, muchas veces, sin importar a dónde, produjo quiebres en los proyectos de vida que muchos nunca lograron rearmar.


No sé exactamente cuantos chilenos exiliados hubo en Austria, tal ves unos 1.500, incluyendo al respectivo grupo familiar. Mucho menos sé cuantos exiliados hay repartidos por el mundo y solo sé que se estiman en unos 280 mil[8].


Los exiliad@s polític@s que llegan a Austria entre 1973 y 1978 son mujeres y hombres muy jovenes, muchos de ellos acompañados de sus hijos. Gente, con edades entre los 25 y los 35 años, en su mayoria pertenecientes a esa nebulosa “clase media” o pequeña burguesia funcionaria y de servicios. Un gran número de ell@s eran aún estudiantes, pero también había obreros, algunos campesinos y muy contados Mapuche. La mayoría eran capitalinos o de los grandes cenros urbanos del norte y sur del país, habitantes de barrios residenciales y algunos pobladores. Los menos provenian de los “sectores de gente bien”. Eran dirigentes políticos, sindicales y estudiantiles, de radicales a trotzquistas y anarquistas, principalmente “cuadros medios”, ayudistas y simpatizantes, todos pertenecientes al complejo y fragmentado universo de la izquierda chilena.


Muchos venian saliendo de las carceles y campos de concentración, habían sufrido horribles tormentos. Otros dejabán parientes presos, desaparecidos o asesinados. Todos con el referente común de haber sido parte de un proceso, de una experiencia reivindicadora sin par en la historia de Chile y el mundo.


Quienes se exiliaron, tuvieron que hacerlo porque su vida estaba amenazada, porque fueron perseguidos, exonerados, expulsados de liceos y universidades, encarcelados y torturados. Vivian una situación de extrema vulnerabilidad, sin alternativas aceptables, incluso el mismo acto de exiliarse se realizaba bajo nulas o escazas posibilidades de elegir el país de acogida.


El daño fundamental, fuera de todos los “daños colaterales”, que produce el exilio es de carácter moral y afecta además, alterando, la emotividad, los sentimientos, la sensibilidad y es vivido en forma diferente, muy subjetiva por cada persona.


El exilio provocó un quiebre psicológico profundo, toda vez que rompe proyectos de vida ya medianamente consolidados e imposibilita el definir nuevos, tanto por las barreras culturales como por la natural resistencia psicológica de adaptarse a un entorno extraño, a una situación ni buscada ni querida y que se entiende y se siente hostil y dificil. Supuso y constituyó en sí mismo y no tan solo conceptualmente, una violación a los derechos humanos.


Su masividad, su carácter forzado, que obligó a la permanencia en el extranjero de miles de chilenos por razones estrictamente políticas, aún cuando en apariencias la desición de exiliarse haya sido “voluntaria” (el exilio nunca fue voluntario.), es algo sin parangón en la historia de Chile y claramente contrapuesto a la doctrina jurídica consagrada en la Constitución de 1925. Sin embargo ha sido la violacion menos tematizada, tanto desde el punto de vista de la violación como tal como de su probable y necesaria reparación.


Cierto es que comparado a los horrores cometidos por el aparato estatal y sus agentes (desapariciones, asesinatos horrendos, torturas inimaginables), el exilio masivo y forzado pasó a ser un tema de menor importancia, casi sin legitimidad de ser planteado[9]. A lo anterior se suma la influencia y penetración en vastos sectores de la población de esa construcción simbólica hecha por la dictadura acerca del del exilio y los exiliados ( “enemigos de la patria”, “vendidos al oro de Moscu”, “viven un exilio dorado”, etc.).


Ésta construcción simbólica que hizo la dictadura, ganó “adeptos”, tanto en sectores de la población chilena, incluso en la percepción que tenian algunos sectores de la izquierda[10]. Esa percepción del exilio y del exiliado se prolonga en el tiempo y ha formado parte del “recibimiento” que enfrentan muchos al retornar ya en „democracia“ a Chile.


Se ha asumido el constructo simbólico dictatorial y se “inventa”, se „recrea“ además un escenario histórico que termina por transformar a todos los que permanecieron en Chile en „combatientes antidictatoriales“ y de pasada se „olvida“ que la alternativa a la carcel, a la tortura, al “ vivir a medio morir saltando” e incluso a la muerte, era el exilio, más aún cuando las orgánicas de la izquierda no estaban en condiciones de sostener a centenares de militantes „quemados“[11].


El exilio lo veíamos como pasajero, de corta duración. Ese enfoque permitió que en un comienzo no se sufrieran grandes crisis de identidad o no nos dieramos cuenta de ellas. El Sujeto. es decir tú, yo, nosotros todos, se ve amenazado, y aún cuando no tengamos, la más de las veces, conciencia de ello, las consecuencias son profundas y nos marcan hasta hoy.


La crisis identitaria es como la Diabetes, se vive, no llega a tu puerta y pregunta si puede pasar. Aparece, te cruza y te aplasta, simple y llanamente! Y en algún momento sales, te reflotas, para volver a caer en una nueva crisis, de magnitud y carácter ya distinta.


En la medida en que el exilio se prolonga en el tiempo, que se constata que la dictadura seguía ahí, que los hijos crecian y que, incluso, nacían nietos, la crisis identitaria revienta con fuerza. Empezamos a sentirnos, vernos y entendernos como desarraigados culturalmente.


Ésta situación de desarraigo y crisis identitaria generaba conflictos, intolerancia e incomprensiónes, provocando marginaciónes y automarginaciones del colectivo, haciendonos propensos al paternalismo y a toda suerte de dependencias.


Así vivíamos una situación extremadamente dificil. Por un lado, con la sociedad austriaca inmersos en un sistema de relaciones carácterizado por su asimetría[12] y un entorno que intenta obligarnos a adaptarnos y a aceptar el ser asimilados y por otro lado una suerte de resistencia inconciente a esa aculturación extrema, a esa perdida de nuestras pautas culturales[13].


Sufriamos permanentemente el embate de la discriminación estrúctural, que nos ponía frente a la disyuntiva “Integración o Asimilación. Puede que para muchos estos dos conceptos signifiquen lo mismo o algo parecido, sin embargo son diametralmente opuestos. La asimilación se da a través de un traumático y doloroso proceso de aculturación y autonegación, „obligando“ al Sujeto a una inserción subalterna, de „subdito“, a la cultura mayoritaria. La integración por el contrario, permite una inserción paso a paso, (casi) en „igualdad de condiciones“, preservando (los) elementos de la propia identidad cultural.


Y junto a ésta situación dificil y complicada, estaba el plano de lo político, causa prima para el exiliado de aquella época. Problemas de comunicación, información y conocimiento, producto de la distancia, de la fragilidad de las organizaciones y por el marco represivo y de miedo generalizado en que estas se movían en Chile. El no saber que estaba pasando en la patria nos mantenía en una permante tensión.


El haber salido de Chile, el tener que vivir en un país extraño lo sentiamos como una doble pérdida: perdimos “nuestro Chile“ y “nuestra visión utópica“ del país de sueños al que queriamos regresar[14]. Nuestra cosmovisión tambealeaba y nosotros con ella!


El sentirse expulsado, „obligado al exilio“, determina la actitud que adoptamos los exiliados y que se refleja, sobre todo, en ese permanente deseo de volver a Chile. Tuvimos que dejar Chile y asentarnos en el extranjero, en paises que muchas veces ni siquiera habíamos elegido y que muy probablemente, hasta el momento de viajar, no sabíamos dónde estaba ubicado.


Enfrentados a ese complejo proceso de adaptación una parte de los exiliados entran en una suerte de negociación, aceptando y/o adaptandose a formas de vida, instituciones y símbolos de la sociedad de acogida, internalizando y haciendo propios los nuevos valores desde la identidad cultural propia.


Otros tienden a actuar lejos de las „normas de conducta“ que sirven como referentes a esta sociedad y „trabajan“ con una escala de valores que no es capaz de integrar coherente y adecuadamente las contradicciones, las que a su vez desatan y acentúan, como consecuencia, una suerte de inadaptación en las conductas, generando un sentimiento de incapacidad para predecir el futuro inmediato.


Existe también un tercer grupo, que primero se aisla, se separa del colectivo, rompe con ese pasado reciente y doloroso, se mimetiza con el medio y termina asimilandose. Este proceso de aculturación y de marginalización en relación al colectivo se dio menos entre “los políticos” que entre “los económicos”, en tanto estos últimos traian ya en sus planes el quedarse por largo tiempo o definitivamente.


Cuál es la percepción, en ese momento, que se tiene del Chile que se dejó atras y de la sociedad a la que se llegó? Cuanto de realidad y cuanto de utopía existe en las percepciones del pasado (Chile) y el presente (Austria)? Cuál es y dónde está el futuro?


El exiliado, obligado a "rehacer sus imagenes" constantemente, asume una doble mirada, muchas veces conflictiva y contradictoria, Esas contradicciones e incertidumbres, esas interrogantes, estan en la base de las crisis de identidad,
El problema de la Identidad


El exilio fue y es un hecho de una dimension social total, que actúa sobre todos los elementos del conjunto social. El exiliado se ve, como sujeto, obligado a abandonar el país, siendo descontextualizado de su hábitat habitual, de aquella sociedad que conoce y en la que “se sabe mover”, desintegrando su identidad social y cultural, sufriendo una pérdida gradual de su sentido de identidad nacional y debiendo, por supervivencia, adaptarse a otras reglas socioculturales.


Sin embargo y en la medida que se salia “forzadamente” del país, viviamos “con las maletas listas”, el proyecto de futuro era volver a Chile. Nadie se terminaba nunca de ”bajar del avión”. Y en el diario vivir, todos estabamos volviendo todos los días.


Aquí se manifiesta y pone en evidencia una diferencia central con un inmigrante “normal”[15]. Este último sabe que su proyecto de vida está en otra parte y viene a realizar ese proyecto. El exiliado chileno no lo veía así. “Pinochet está herido en un ala” decía por esa época Don Lucho (Luis Corvalán, Secretario General del PC chileno). El exiliado traducía esto a cuestión de “un par de meses”. Lo malo es que el criminal siguió vivo, libre y gozando de lo robado y nuestra “corta estadía” se transformó en ya más de 35 años.


El exilio nos ponía a prueba así, todos los días, en nuestra estabilidad psíquica y emocional, obligandonos a una permanente reorganización y consolidación del sentimiento de identidad, una reconstrucción identitaria para que uno pudiese seguir sintiéndose el mismo a pesar de los cambios y remodelaciones. Los paradigmas, la visión del mundo que manejabamos han cambiado y vamos percibiendo dolorosamente que nuestras identidades y valores, lo que nos identifica y ayuda a sobrevivir, va quedando obsoleto.


Perdimos en un instante, seres queridos, objetos y lugares, idioma y cultura, las costumbres y hasta el clima. El problema es que cada una de estas “cosas” encierra recuerdos y sentimientos. Al perderlos, perdemos nuestra relación con ellos y con nuestro Yo[16].


Cómo definir el desarraigo cuando éste está cargado de dolor y empapado en lagrimas de niños y adultos, en gritos de miedo y angustia que muchas veces no alcanzaron ni siquiera a ser gritados!


El permanente “este fin de año lo celebramos en Santiago!”, la metáfora de “la maleta lista debajo de la cama” vivida como psicosis colectiva, refleja en forma paradigmática el deseo de volver.


Con el correr del tiempo se ve que la cosa va para más largo de lo pensado y deseado. Por tanto hubo que empezar a enfrentar la realidad inmediata y comenzar a superar las dificultades propias de la integración. Una integración “a la chilena”,o sea, “ni muy mucho ni muy poco”, siempre relativa y relativizada. Al fin y al cabo, la maleta, para la gran mayoria de los chilenos exiliados, sigue aún debajo de la cama.


Al relativizar lo temporal, las perspectivas individuales / familiares se tornan más inciertas. Si todos los meses “estabamos volviendo” cómo plantearse construir una estabilidad material y social? Así surgen otros problemas que al principio del exilio ni siquiera eran imaginables.


Para los padres el tener que criar a los hijos se transformaba en un problema no menor, lleno de contradicciones y conflictos, sabiendo que estaban formando a sus hijos entre un allá y un acá: por un lado se buscaba criarlos „a la chilena“ e intentando reforzar los elementos culturales (idioma, modismos, acento, humor, historia), pero además y permanentemente insistiendo en que “tienen que integrarse a este país, no queda otra”. En Austria, como en cualquier otro lado, tenías que hablar bien el idioma, asistir a la escuela, desempeñarte como si fueras casi un niño o joven austriaco pero.. tú eras chileno, era tu identidad y no querias/podías perderla.


En la casa eras chileno (al principio, en la pieza familiar del respectivo Refugio), fuera de ésta, tenias que ser “casi” austriaco. Además estaban, por un lado, las dificultades propias que tiene cualquier adulto (laborales, de relaciones sociales, de pareja,etc.). Por la otra parte, los hijos pequeños y los problematicos adolocentes (en la escuela, el circulo de amigos, la “sopita de hormonas“ tormentosa y atormentadora).


Asomemonos al proceso de integración a esta sociedad con los ojos de la „Generación de los hijos“, miremoslo desde la óptica de un niño o de un adolecente y se daran cuenta de la “mansa escoba” que quedaba en la cabeza. Les viene a veces a la memoria la imagen de los “tres monos”? Algo así sucedia con nosotros: no veiamos, no escuchabamos ni hablabamos. La diferencia con los monitos señalados era que nosotros hubiesemos querido ver, escuchar y hablar. Queriamos y no podiamos!


Cuantas veces - llorando muchas, angustiados siempre - le gritamos en la cara a nuestros Padres un “me trajeron obligado”, un “yo no quería venirme”. Hoy con el tiempo y siendo una mismo ya padre (y abuelo) te das cuenta que, siendo cierto lo que deciamos, ellos no tenían otra alternativa. Perdonenme por lo injusto de mi critica de entonces y por la lagrimas que hice derramar a mis Viejos.


El sentimiento de desarraigo que sentiamos los adolecentes se transformó en un sentimiento rebelde de no querer identificarnos con la sociedad austriaca y la insoportable y dolorosa añoranza del Chile que dejamos (e idealizamos). Así, mientras unos querian „hacerse chiquititos“ para pasar desapercibidos, otros asumian actitudes de rebeldía violenta y hasta delincuencial. Los más lograron salir „airosos“, lo que no me queda claro es a que costo?


Parejas que recién comenzaban un camino juntos, con niños pequeños o entrando a la edad a dolecente, se vieron enfrentadas a tensiones que generaba el adaptarse a otra cultura y sociedad. Muchas de estas relaciones no lograron mantenerse en el tiempo y terminaron separándose[17]. Para quienes vivieron ésta situacion, ésta era interpretada como una nueva y brutal derrota, un fracaso más en el proyecto individual de vida.


Carentes de redes sociales propias tratabamos de reproducir elementos de la cultura chilena, incluso aquellos “cliches” que nosotros mismos terminabamos por creernos. Seguramente hemos comido más empanadas y tomado más vino tinto que ningún chileno en Chile (bueno, al fín y al cabo, queriamos una revolución, cómo dijera Allende, con esos dos elementos). Pero a la vez te preguntabas, soy más chileno mientras más empanadas como y más cueca baílo? Y que hago si no me gustan ni las empanadas ni la cueca? Ya no puedo sentirme chileno?


Lejos de nuestro Chile, seguiamos habitándolo en nuestros sueños. Nos aferrabamos a lo ya perdido y entendiamos la nueva situación como extraña y hostil. Viviamos un presente cargado de pasado!


Pero la cercanía emocional con Chile no ha desaparecido, por el contrario! Más aún da la impresión de que ésta se hace más fuerte. Recordemos momentos como el partido de futbol ese 11 de septiembre del 2007 (quizás el primer “11 de septiembre” en que muchos de nosotros sonreímos). Todavía me resuenan esos “C-ACHE-I” que gritábamos hasta quedar sin voz. Se dierón cuenta cuantos chiquillos jovenes, nacidos en Austria estaban ahi, con sus camisetas, algunos pintados y todos felices? Que alegría, que emoción, ahí estabamos, como colectivo, apoyando a “la Roja de Todos”, sintiendonos parte de ese Chile lejano y tan tremendamente nuestro.


Las reuniones entre amigos o la celebración de las “Fiestas Patrias”, las múltiples actividades del “Centronce” y de otras organizaciones. Momentos de encuentro obligado, necesarios y esperados por toda la Comunidad y más allá de ella.


Por esa cercanía emocional (y muchas veces "militante") es que también seguimos y seguiremos juntando dinero para apoyar candidatos a Diputado, Alcalde o a Presidente, que continuaremos apoyando proyectos e iniciativas sociales y de base en Chile o la justa demanda por el derecho a vivir en la patria de nuestros compañeros que aún siguen con penas de extrañamiento.


Cuando nos movilizamos en apoyo a la lucha del Pueblo Nación – Mapuche o solidarizamos con los diversos colectivos de trabajadores y apoyamos el potente y pujante “despertar” del Movimiento Social y sostenemos a más de una organización política, somos o volvemos a ser nosotros, en lo individual y como parte de uno o de múltiples colectivos. Al evr los reportajes, las fotos y conocer detalles de las multitudinarias manifestaciones de este hermoso agosto del 2011, no sólo vibramos, nos sentimos parte de ese Movimiento!


Al manifestarnos nos vinculamos, nos articulamos o rearticulamos política y emocionalmente con Chile y con nosotros mismos. Y es ahí cómo y dónde nosotros mismos nos vemos participando y activando, una suerte de rememorar, de representarse, de “un traer a la memoria” ese pasado activo y de activista que quedó por allá en los años 70 / 80 del pasado siglo.


Seguiremos exigiendo nuestro derecho a voto en el extranjero y realizando, de ser necesario, eventos para ir en apoyo de los más necesitados, como se hizo tras el Terremoto del 27F, porque es a través de esas múltiples actividades como, conciente o inconcientemente, reafirmamos nuestra “chilenidad“ y ese, tan placativo lema de que “Chile somos todos” adquiere realidad y sentido.


De ésta forma, los exiliados, los hijos y los nietos de exiliados, seguimos en estas calles del centro de Europa, sintiéndonos no sólo chilenos sino también parte y partícipes de ese proceso de transformación progresista, autónomo, soberano y democrático, cosa no muy bien venida en ese Chile sumido en una larga y colectiva amnesia y en dónde muchos ya habían dado la posibilidad y necesidad del cambio por cerrada y que hoy por hoy comienza a despertar!
Asentandonos en Austria


Prácticamente todo nos es nuevo, desconocido, por lo que, en un primer momento, se produce un sentimiento de sorpresa, el cuál es substituido después por una crítica a todo lo diferente y por último, si se produce la integración, por una valoración positiva de la cultura en la que nos encontramos insertos (o “inmersos”, por la sensación de ahogo que ésta realidad tantas veces nos produce).


Durante todo este „proceso de asentamiento“ está presente el sentimiento de no-identificación con la sociedad que nos acogió y que produce profundas crisis emocionales y físicas. Aúnque el desarraigo disminuya, es un sentimiento que nunca nos abandona. Siempre sabemos y sentimos (o „se nos hace sentir“) que somos extraños, exogenos, extranjeros al fin (lo paradójico es que ésta misma sensación la tenemos al visitar Chile).


Las separaciónes, quiebres emocionales que convertian a la pareja en extraños el uno al otro y la situación vivida por aquellas mujeres a las que el marido se les “mandaba a cambiar” con alguna austriaca dejando a sus parejas botadas con niños y todo (muchas de las austriacas, de buena fe y encandiladas por las historias de estos “rambos de izquierda”, veian en ellos algo muy parecido al Che. Casi todas se dieron cuenta de la realidad al poco andar). No vamos a olvidar, en todo caso, que más de alguna mujer hizo lo mismo (así como hubieron “guerrilleros”, también habían “guerrilleras”, pero estos casos fueron los menos).


Para los adultos, la integración al mercado laboral era acompañada de una multiplicidad de problemas, ya fuera por no hablar el idioma y/o porque determinados titulos profesionales no eran reconocidos y/o validados. Muchos tuvieron que dedicarse a realizar trabajos diferentes a lo que habían aprendido o realizado. Mi padre por ejemplo, quién se deslomó trabajando de cargador y luego de tornero, habiendo sido Jefe de Personal de la Municipalidad de San Miguel. Y lo hizo con una tremenda dignidad!


Profesionales o ex Jefes de Servicios tenian que cargar y descargar camiones, como realizar tareas mal remuneradas y mal consideradas en fábricas metalúrgicas, hospitales y servicios públicos, como simples ayudantes o personal de aseo, de jardineros y choferes, de vendedores de diarios (los “Periodistas”) o “Junior” de Oficina.


Muchos veian en esto un proceso de “retroceso” en la jerarquia social, lo que les provocaba una sensación de frustración muy fuerte. El exiliado masculino se ve reducido en su rol como sujeto a formas mucho más pasivas. Los hombres acostumbrados a “ganar el sustento familiar”, en un dos por tres o ya no estaban en condiciones de hacerlo, muchas veces ya no trabajaban en su profesión, sino que se ve reducido a trabajos entendidos como “inferiores” y en otras ocasiones no encuentra trabajo.


El hombre ya tampoco “corta el queso” como quisiera o imaginaba hacerlo. Las relaciones de pareja y familia comienzan a situarse sobre ejes distintos, que se percibían más fragiles de lo que conocían y a lo que estaban acostumbrados en Chile. Todo esto genera una suerte de “pérdida o alejamiento de las normas” que obviamente no ocurrió en todos los casos. Al mismo tiempo, la pareja (“la mujer”) trabaja, tiene entradas económicas, se “libera”. En Austria y con un “Estado de Bienestar” altamente desarrollado, la dependencia de la mujer con respecto al hombre tendía rapidamente a debilitarse. Desde el punto de vista de género (“Gender Identities”) era una situación bastante complicada.


La mujer, la compañera, adquiere un lugar propio, de mayor autonomía y relevancia, comprende a la vez su rol como individuo, aprende y se capacita. Si bién las separaciones, los quiebres en las relaciones, son en sí una experiencia traumática, más aún cuando estas se dan en un ambiente extraño y muchas veces enfrentandolas en situaciónes de soledad muy grande, tuvo su lado „positivo“, sobre todo para la mujer. Pero lo que en términos del desarrollo personal se puede calificar de progreso, igual afectó a la persona en tanto individuo.


En esa situación el papel de muchos jovenes se potencia, toda vez que se transforman en “los traductores” (manejan el idioma más alla de “las cuarenta palabras”), tanto en lo comunicacional como en términos de la cultura en sus aspectos más globales. Así veiamos a los adultos entrando en relaciones de dependencia con sus hijos. Toda ésta gama de situaciones puso a prueba individual y colectivamente, la estabilidad psíquica y emocional.


Gran parte de las dificultades de adaptación al medio austriaco fueron amortiguadas por la inmensa solidaridad que se recibió. sobre todo del “lado izquierdo del Imperio”. Cabe aqui decir que el rol que jugaron partidos y personas, tanto el SPÖ[18] como el KPÖ[19], pero también el KBÖ[20] y el GRM[21], Offensive Links[22], KAJ[23] y las juventudes socialistas y comunistas. O personas como Federica, Sigrun, nuestro querido “Cura” Berger, Ruth Contreras-Lichtenberg ( y sus padres), Josef Pernerstorfer, Ali Kohlbacher, el Profesor Hindels, la inolvidable Rosa Jochmann y tantos otros. Alguna vez se les ha de agradecer como corresponde y lo merecen.


Pero el exilio en Austria tiene varias caras y muchas de ellas no tienen nada de agradables. Las formas de relacionarse han sido, muchas veces, una copia malsana de las ya vividas. Los „grandes jefes“ por un lado, la masa por el otro. La existencia de grupos de poder, que armaban “maquinas”, obstaculizaban y destruian todo aquello que “el Partido” o el “Grupo” no quería (la más de las veces era debido a que alguno de los caciques no lo quería o no le convenía)[24].


Hemos debido de constatar la existencia de una suerte de “Élite del exilio”, altiva, arrogante y miradora en menos, que se relaciona exclusivamente en su círculo y “acepta” a los otros sólo en términos subalternos. Ésta élite intenta permanentemente hablar y decidir en nombre de ”los chilenos”, de esa gran masa que era y es la que levantaba las carpas, hacia las empanadas y las vendia, repartia los panfletos y cooperaba en las campañas de finanzas. Es decir, suplantan a aquellos que siempre le han puesto el hombro, que han hecho de todo, pero que no salen ni en las fotos ni son nombrados en los discursos[25].


Por último, no es posible negar algo que se ha prolongado hasta nuestros dias: el actuar de sinverguenzas que se han aprovechado de la solidaridad en beneficio propio bajo el pretexto de apoyar a las luchas del pueblo. Tenemos casos extremos de personas que han abusado de las ayudas sociales y múltiples son los casos de quienes no estan dispuestos a “darle los pulmones al capitalismo”, sufren “enfermedades crónicas” o se autodenominaron “activistas de tiempo completo” y han vivido de “proyectos” sin jamás trabajar. Pero estos han sido los menos, aún cuando han causado bastante daño a la imagen colectiva[26].


A fines de los 1970 y comienzo de los 1980, el exilio netamente político decrece en términos porcentuales en relación al todo. Comienzan a llegar quienes no eran directamente perseguidos, el llamado “exilio económico”. Muchos llegaban traidos por familiares o amigos, los que a su vez traían nuevos familiares y más amigos. Se declaraban perseguidos políticos y vieron en el exilio una buena oportunidad de buscar nuevas expectativas económicas y sociales, motivados por el deseo de sobrevivir y resolver sus problemas, de querer una vida mejor. Entendible, justificable, pero, es la base cuasi de un “pecado original”, que el exiliado “político” siempre se preocupó de enrostrarle.


Este tipo de exiliado logra recomponer, en cierto sentido, un pedazo de su Chile, en tanto tiene a sus familiares y amigos cerca de él y lejos de “la política” y de los ideologismos. Su relación con el exiliado político se da en otros espacios pero “sospechando” de estos (cuestión que era correspondida por el “político”).


Esto conlleva también a un cambio en la composición de “los partidos”, los que en un inicio abren sus puertas a todo el que así lo desea, creciendo en número, guiados por la falsa idea de que “mientras más seamos numéricamente, más Vanguardia seremos”. Pero estos nuevos militantes abandonan al poco andar las organizaciones, ya que estas sólo fueron objetos funcionales a la obtención de la calidad de refugiado y a su inicial inserción en el país de acogida.


Y casi „por arte de magia“, así, de repente, nos damos cuenta que aquí, en este país que no queriamos aceptar, también hay risas, alegrias, que el sol también sale para nosotros, que los lagos del sur de Austria son hermosos y que te encanta caminar por la Avenida Kärntnerstrasse.
El posible retorno


Si bien el proyecto de vida de todos los exiliados fue siempre y desde el primer día el retorno, éste no siempre se ha podido concretar y sigue rondando como “idea permanente”. Algunos retornaron pero no pudieron reinsertarse en el país, no se pudieron adaptar, no consiguieron trabajo o los hijos no se acostumbraron/reacostumbraron (el joven que nació o se crió aquí y que tiene 20 años a dónde “vuelve”?) y se regresaron al país de exilio.


Otros, muchos, ni siquiera lo intentaron. O porque los hijos ya se habían casado, habían nacido nietos o sufrian alguna situación que hacía difícil o impracticable el volver, como por ejemplo enfermedades graves y/o cronicas de dificil y costoso tratamiento y que un „Plan AUGE“ dificilmente cubre o simplemente por el miedo a empezar de nuevo, desde cero y ésta vez más viejos.


En la decada de los 1980, cuando la dictadura publicó las arbitrarias listas de personas que podían regresar al país, vivimos una situación un tanto singular. Cuando se salió, se salió obligado, mientras que el „retornar“ es una opción que si bien has manejado en tu imaginario permanente, te gatilla un proceso que tiene que ver con una segunda migracion, muchos hablan de un 2do. exilio. Aqui estan tus amigos, tu trabajo, tu entorno social, etc. Niños que han nacido o al menos crecido aquí, que han aprendido el alemán, incluso la mayoría lo habla mejor que el español, que conocen perfectamente las costumbres y se sienten, en lo fundamental, con un alto grado de integración a Austria. Al retornar arriesgas una nueva ruptura familiar, ya que muchas veces no todo el grupo familiar ésta dispuesto a volver.


Al salir al exilio, la única expectativa que tenías era sobrevivir. Cuando retornas, llevas en tu maleta tu visión utópica, “tu” idealizado reencuentro con el país y con tu pasado y el creer que es posible recomenzar algo que en un momento se detuvo en tu biografía.


Al volver te obligas a asumir una realidad que no querías y por la que no luchaste. Además, cómo aceptar que muchos de tus compañeros de orgánica, aquellos con los que estabas dispuesto a todo “hallan cambiado” y su discurso sea tan neoliberal como el de los “Chicago Boys”?


Vuelves a un país tremendamente violento, que no ha “trabajado” a plenitud los horrores del pinochetismo, a un país en dónde muchos de tus familiares y amigos de antes ya no están, a un país sometido al rigor del neoliberalismo y a la orfandad de referentes sociales y políticos. Incluso tu familia (en Chile) te parece lejana en términos valóricos y reconoces que tu verdadera familia son aquellos que vivieron y viven tus mismas experiencias y comparten tu historia!


Vuelves a un pais carente de una genuina voluntad política por integrar nuevamente a los ex-exiliados, lo que hace del retorno una opción aún más dificil y menos atractiva. y la verdad es que son demasiados los que han fracazado en el intento!


Las dificultades para readaptarse y conseguir trabajo, la sensación de no contar con un espacio dentro de la sociedad chilena, refuerzan ese sentimiento de estar regresando a un país que nos empieza a ser desconocido y cuando volvemos a Austria, volvemos contentos (“Daham is daham” –el hogar es el hogar-). El exilio ha provocado la pérdida y el desconocimiento gradual de nuestro país y lo cierto es que ya se han echado raíces en Austria,


Los nombres de algunas poblaciones y calles son diferentes y hasta el sentido de algunas avenidas es otro, Si hasta nos cambiaron la division administrativa del pais, con una lógica militar aberrante. Algunos como yo, orgulloso sanmiguelino[27], vemos que ya no existe ese San Miguel de la infancia porque éste fue divido en tres Comunas (divide et impera. Además se asegura así el control administrativo, político y miltar del territorio. Caramba con esto de la Guerra Interna!).


Y aúnque se vea esto como „pequeñeces“ tiene una directa relación con tu memoria, no la de otro. Son TUS recuerdos los que entran a ser nebulizádos.


Durante años se pensaba el retorno a Chile en el corto o mediano plazo y mientras se esperaba, se hacía de todo para sobrevivir. No es posible precisar cuantos años tuvieron que pasar para sentirse más o menos integrado a Austria, pero más difícil es saber cuándo se abandonó la idea de la vuelta y nos empezamos a quedar, a ver de que ya no es factible o realizable el retorno.


Hoy, el retornar significa quedarse sin los sueños utópicos y sin los testigos de nuestra historia. Y sin embargo, la idea del retorno sigue y seguirá presente, porque un exilio sin retorno es inimaginable en tanto implíca una doble derrota.


Los viajes a Chile, ahora que ya no son tan caros, también conspirán y te hacen abandonar cada vez más la idea de la vuelta inmediata. Al viajar percibes, “hueles” una situación distinta que ya no te es grata. Chile ya no es la sociedad utópica que te habías creado, con la cuál te identificabas 100%. Y ese Chile „real“ se hace dificil de aceptar. Todo ha cambiado, nosotros también!


Por lo mismo, el círculo que nos rodea, la “sociedad en chiquitito” de la que nos hemos dotado, los lazos afectivos que hemos establecido, pasan a ser y son elementos determinantes en nuestras vidas. Desde ahi percibimos y asumimos la realidad y nos planteamos el incidir en ella para cambiarla y para Ser!


Nos hemos quedado en los recuerdos o a vivir de ellos? Evidentemente que no. Pero si tenemos la obligación moral y política de no olvidar, de no querer y no deber olvidar. De ahí sacamos muchas veces la fuerza (hasta de las derrotas se puede sacar fuerza) y las lecciones para hacerlo mejor o hacerlo de una vez por todas bien, para seguir adelante y ser participes de las luchas presentes y futuras.


El sentimiento de desarraigo que sentimos se reduce al fin a un sentimiento rebelde de no querer identificarnos con la sociedad austriaca y la añoranza del Chile que se dejó. Pero pese a eso entramos a aceptar y asumir que el exilio chileno se quedó, se asentó en Austria. Un proceso que comenzó en el mismo momento en que llegaron los primeros exiliados por allá por fines de 1973 y se hace definitivo al nacer los primeros hijos y a morir aquí nuestros primeros compañer@s.
Aún persiste la injusticia


La salida obligada, sin que promediara realmente una elección personal, significó nostalgia, desarraigo, incertidumbre, una angustia permanente y una presión constante para adaptarse a estevambiente diferente. Si sumamos a este proceso la desintegración familiar, la perdida de los seres queridos, fuente de ese afecto tan fundamental para el desarrollo de la persona, tendremos ese cuadro de aislamiento y marginalidad en el que tantas veces nos hemos encontrado.


El exilio afectó al menos a 3 generaciones simultaneamente: a los padres de quienes se exiliaban, al exiliado mismo y a los hijos de este último. El exiliado quedó “huerfano”, los padres del exiliado quedaron sin los hijos y sin posibilidad de ver y/o conocer a sus nietos, los nietos sin conocer a sus abuelos. Tres generaciones, tres tipos de dramas, sentidos en forma distinta por cada uno de nosotros y sin embargo tan iguales en su profundidad traumática.


Al enviarnos al exilio nos quitaron todo: nuestras vidas, nuestra cultura, nuestros simbolos y codigos comunicacionales, nuestras costumbres y hasta nuestras comidas. Nos desarraigaron social y culturalmente. Al exiliarnos, en la forma y por la razón que sea, implicó y nos obligó a aprender a vivir en otro medio socio-cultural y siempre en una sociedad distinta a la propia.


La mayor parte de los exiliados tomó la desición de exiliarse con precipitación, provocada por la situación de represion y el sentimiento de encontrarse en peligro, suponiendo el elejamiento como algo de corta duración. Así vistas las cosas, no hubo mucha (o nula) planificación en la salida, ni en la elección del país de acogida.


Obviamente, el daño moral no ha terminado por el sólo hecho de que exista la posibilidad del retorno. El estado chileno debe responder por la actuación de sus organismos y agentes del estado dado que existe un conex claro de Causa y Efecto entre el accionar de los agentes y aparatos represivos del estado y el perjuicio sufrido por los exiliados. Los hechos estan a la mano, los fundamentos jurídicos también[28].


Los exiliados seguimos siendo víctimas, seguimos viendo nuestros derechos humanos y civiles violados y violentados. Seguimos siendo testigos molestos del drama vivido por Chile. El exilio no ha terminado y no solo porque todavía habemos chilenos fuera del país. Mientras no haya reparación moral, el delito se comete día a día!


Sin embargo el tema de una posible reparación se plantea con miedo, se tiene el temor de ser mal interpretado. Ya muchas veces hemos escuchado juicios de valor destructivos (“lo pasaron la r.. y ahora quieren más plata”)[29]. Así, y para evitar estériles discusiones, terminamos muchas veces autocensurandonos.


Monumentos, monolitos y memoriales, calles, plazas y escuelas que llevan el nombre de exiliados. Sueño así con la “Avenida Enrique Délano”, la Plaza Central “Julio Palestro Rojas”, el Liceo “Gregorio Mena“, un local sindical “José Carrasco”, un Centro de Asistencia Social “Maria Teresa Gallardo” y tantas otras cosas!


Sueño con libros que se hagan cargo de la historia del exilio, del exiliado, de su vida y de sus aportes. Con museos visitados masivamente, escuelas y liceos llenos de niños y jovenes, libros leídos por las jóvenes generaciones de chilenos, prolongando así, en la memoria colectiva de nuestro país, el nombre y la vida de mujeres y hombres que dedicaron toda una vida a la hermosa idea de construir un Chile distinto, una sociedad solidaria, más humana, más justa, viable y vivible. Esa es la reparación con la que soñamos.


Años y años han pasado y Chile aún tiene la misma Constitución pinochetista, con algunas “reformillas”, que en lo central no han cambian nada, ya que ésta sigue siendo antidemocrática en espiritu y letra. Y si aqui no se ha avanzado, como podríamos esperar, de parte del Estado y de la clase política chilena, la voluntad para reconocer el exilio como una violación de los derechos humanos, como un castigo que debe ser reparado!


Sabemos, nos damos cuenta de que estamos frente a un “despertar de las masas” (HydroAysén, la Educación, minorías sexuales, la heroíca lucha del Pueblo-Nación Mapuche) y la reorganización de los Sujetos sociales y políticos, el exigir preocupación por el Tema del Exilio y su necesaria reparación, aparece como desfasado y hasta anacrónico. Pero no es asi, por el contrario. Cuando la exigencia de una “Asamblea Constituyente”, y de una “Nueva y Democrática Constitución” se transforman en “Ideas Convocantes”, es el momento adecuado para plantear nuestras reivindicaciones.


Los chilenos que vivimos fuera del país debemos seguir exigiendo e l derecho a vivir y morir en Chile, esa necesaria reparación moral, el ser integrados a la sociedad chilena por la vía del derecho a voto. Mientras todo eso siga siendo una quimera, el periodo de transición a una verdadera democracia seguira sin cerrarse [30].
La nueva generación


El exilio, este exodo masivo de población no sólo ha significado un verdadero “desangre” intelectual y profesional con graves consecuencias para Chile, sino que a privado al país de un tremendo potencial, intelectual, profesional y artistico. Ha tomado en cuenta el Estado chileno, su casta política, ese hecho?


No sólo panfletos se produjeron en estos años, no sólo existe una Isabel Allende en este universo exiliado[31]. Pintores, escritores, poetas, escultores, cantantes y las decenas de doctores, ingenieros, biólogos, químicos, informáticos, técnicos medios, paramédicos, trabajadores altamente calificados y con conocimiento acabado de la tecnología de punta? La cantidad inmensa de chilenos que hablan perfecto dos, tres y más idiomas? O aquellos chilenos que ocupan puestos importantes en firmas internacionales? Todo este capital humano está ahí!


Prácticamente todos los jovenes de la “segunda generación” son austriacos de pasaporte desde el nacimiento o desde muy pequeños, con pocos o nulo conocimientos de Chile, con una vida, amistades y afectos en el espacio austriaco. A la vez, quienes llegaron siendo muy niños o han nacido aqui, carecen de recuerdos, relaciones o referencias identificatorias con Chile.


La identidad tiene que ver con la relación de un individuo con su grupo en dónde se comparten aspectos comunes. La identidad es pues un sentimiento que se desarrolla basado en los vínculos establecidos con los otros, tanto en la integración espacial (“individuación”), la integración temporal (“mismidad”) y la integración social (“pertenencia social”). Es en esa interrelación continua y permanente de estos 3 vinculos, que se genera y desarrolla la identidad. La identidad es un fenómeno dinámico y dialéctico![32]


Al ser la identidad cultural algo aprendido, dinámico y mutable, el “traspasar la memoria histórica”, el buscar que las jovenes generaciones asuman valores e ideales humanistas como la solidaridad, el respeto al que piensa distinto, la libertad, la igualdad y la justicia social, es algo principal.


El saber quienes somos, de dónde venimos, quienes conforman nuestro entorno, es “condicio sine qua non” para participar de la sociedad austriaca a plenitud, ya que supone e implica un sentir positivo de nosotros mismos, conciencia y aceptación de nuestra chilenidad.


Para enriquecer ese proceso y tornarlo conciente, debemos “descubrirnos”, “redescubrirnos” y por sobre todo, desarrollar al maximo nuestra capacidad de supervivencia cultural, la capacidad de seguir sintiendonos nosotros mismos pese a, y sobre todo por los cambios.


El exilio ha significado, para la gran mayoría, una oportunidad de ampliar la visión del mundo, el horizonte cultural y valórico[33]. Nuestra visión acerca del papel de la mujer en la sociedad, de las minorias étnicas y sexuales, la entendemos de una forma mucho más avanzada y liberal, más democrática que en Chile. También ha permitido acceder a una mejor educación, a la seguridad social, a una vivienda digna y a obtener trabajos bien remunerados. También, y esto es tan cierto cómo lamentable, quienes hemos vivido casi toda la vida en Europa tendemos a mirar “el Sur” con la visión de los “del Norte”.


El haber crecido y/o madurado en esta sociedad, nos ha enseñado a movernos, relacionarnos y desarrollarnos en y entre dos culturas, haciendonos poseedores de un “capital cultural” valiosisimo. Con el correr de los años hemos adoptado códigos comunicacionales locales y asumido el hecho de comenzar a compartir elementos y manifestaciones culturales propias de Austria y del centro de Europa. Sin embargo (y muy especialmente la segunda generación) no siempre nos encontramos o sentimos plenamente aceptados y esto pese a la capacidad de mimetizarnos con el medio y asimilar fácilmente los códigos de la sociedad austriaca.


Somos parte de un proceso dinamico de permanente adaptación a las normas culturales, actitudes y valores que corresponden a la sociedad en la cual vivimos. Este proceso dinamico es parte fundamental de nuestra experiencia y se encuentra en la base de nuestra –nueva-identidad, toda vez que la identidad como Fenómeno no anula sus elementos constituitivos ni es la simple sumatoria de todos ellos.


Sólo aceptando de que hay elementos que quedaron definitivamente atras, el “trabajar” el conflicto que produce la integración a la sociedad austriaca y la autoconciencia del y sobre el problema, o sea y primero que nada „asumir que es así”, nos permitirá entender a nuestros dos países, nuestros dos espacios y nuestra identidad individual y colectiva pasada y actual.


Las segundas y terceras generaciónes asumen así una herencia dificil, compleja y llena de trampas. De ahi que deban de poner cuidado, no entrando de buenas a primeras, sin una reflexión profunda, a asumir las cargas emocionales de “los viejos". Más aún cuando esta nueva generación, la de los chilenos-austriacos (o a la inversa), tiene otra historia por construir.
„Macondo“


Si hacemos una análisis retrospectivo, si abrimos los cajones de nuestra memoria, veremos los traumas y las frustraciones, las situaciones dramaticas que sufría ese sujeto derrotado llamado exiliado. Perdió a su familia, sus amistades, su entorno, un presente definido, aúnque fuese a medias y se encontró enfrentado a un futuro poco claro y más aún en un medio que entendia extraño y en todo caso desconocido y hasta hostil. El único capital que le quedaba al exiliado era el que deducia de los ideales, del creer en una causa justa y desde ahi producía y reproducía dignidad, la individual y la colectiva[34],


La fuerza se sacaba, la mayor parte de las veces, de ese colectivo, que a la vez era una multitud de pequeños colectivos. Los partidos políticos, los grupos de baile, los grupos de mujeres como “Mujeres por el Socialismo”, el “LEFÖ” o el “Tafich”, el Club Deportivo, los “Jovenes por el Socialismo” y las asociaciones culturales o de estudios políticos más o menos transversales que se crearon en el transcurso del tiempo.


Fueron las comidas entre grandes grupos de amigos, las fiestas de fin de año, el “Arauco”, la existencia de ese refugio geográfico y emocional que constituyo “Macondo” y su gente.


El “macondiano” era chileno de los buenos (sin menospreciar a nadie), de los primeros en las marchas y todo tipo de actividades. Memorables campañas de recolección de dinero, fantasticos campeonatos de futbol. “Macondo” era el “Territorio” en dónde nos sentiamos bien, con nuestras normas y en dónde eramos personas. Ahi también se concentraban casi todas las direcciones locales de la izquierda chilena en Austria, lo cuál facilitaba la comunicación, la planificación de tareas y generaba confianza. Cierto es que también hubieron peleas y “pelambres”, pero esto ya es parte del Folclor chileno-macondiano (pero, a ver, díganme, quién no ha “pelado” nunca?).


Quizás, quienes vivieron o aún viven en “Macondo” nos sentimos mucho más propensos a verlo como parte de un “Territorio libre”. Ahi se vivía un sentimiento de pertenencia, teniamos la posibilidad de "sentirse chilenos con iguales ideales y objetivos", reforzando fuertemente nuestra propia identidad, protegiendonos en las familias, en los circulos de amigos y en los partidos políticos y, estos ultimos jugando un papel de puente, cumpliendo -fuera de sus funciones específicas y en forma no conciente ni programada- las del “Club Social” impediendo un desarraigo y una desculturización aún más acelerada.[35]


A la falta de elementos simbólicos identificatorios, que hubiesén terminado por socavar y derrumbar nuestro espectro simbólico cultural como chilenos, le oponiamos nuestra simbologia, nueva y muy sui generis. Generamos incluso hasta palabras solo entendidas por nosotros tales como “patifera”[36], “serrucho”[37], “rubiales”[38], “tetera”[39], “koleka”[40], comprabamos en el “Uma”[41] y nos tomabamos una “birita”[42] . Todos los adultos eran “ti@s” y todos los niños eran “sobrin@s”. Como nos faltaba el Barrio de origen, la plaza y otros simbolos dónde reconocernos, creabamos “Pataguas”[43], “canchas de futbol”[44] (que manera de tragar tierra!), le dabamos nombres a nuestras calles y Plazas e incluso se “eligió” hasta un alcalde. Celebramos no sólo cumpleaños, sino que más de un matrimonio y bautizos. También se celebró a algunos “vecinos” (todos eramos vecinos) que se recibieron de médicos o terminaban el liceo y seguían a la Universidad. Para septiembre se hacian Carpas y Ramadas y hasta se „editaba“ un diarío[45].


Esa simbologia de la que nos dotabamos inconcientemente, jugando quizás, no era más que el reflejo de nuestra busqueda por superar la perdida de elementos identitarios. De ésta forma rompiamos una suerte de marginalidad y ese doble desarraigo al que nos veiamos condenados.


“Macondo” se llama así, pues de ésta forma nos negabamos a aceptar que la realidad de este exilio existía, que era real, pero en “Macondo” todo era posible. Nos trasladabamos así, mentalmente, colectivamente, a nuestro terruño, lo viviamos y lo gozabamos. Aquí en este “Territorio libre” eso era posible. Toda ésta suerte de micro-sociedad civil, sumada a la comunidad de objetivos del colectivo (“Todos contra la dictadura”) impidió grandes tragedias, a pesar de que muchas veces más pareciamos “perros y gatos” que compañeros. Ese factor espacial fue tremendamente importante para todos nosotros.


“Macondo”, evalúese hoy como se quiera, tuvo el gran merito de haber evitado la dispersión geográfica y emocional de los chilenos. Además sirvió como elemento aglutinador de los “otros exilios“ latinoamericanos, tan aterradoramente iguales al nuestro. Por eso y por todo lo anteriormente dicho es que quiero e idealizo tanto ese Barrio, a Macondo, mi Barrio!
Conclusiones (Conclusiones?)


Evidentemente, tras ya casi 40 años, el exilio ha cambiado. Muchos han retornado, otros han fallecido en estas lejanas tierras (jamás un chileno se “ha ido solo”, siempre ha estado la Comunidad para despedirlo). Han nacido nuevas generaciones, nuestra inserción en el medio austriaco es distinta, también los exitos de muchos en los estudios, en lo profesional, etc. muestran un exilio diferente.


Hoy entendemos aún mejor que antes que no todas las personas tienen los mismos valores, normas, creencias o actitudes y vemos en la interrelación dialéctica entre las diferentes culturas, enmarcadas en la comprensión y el respeto, un factor de crecimiento personal y colectivo. Nuestros propios patrones culturales dan cuenta de que somos, más o menos, bi- o pluriculturales,con gran claridad acerca de las diferencias y las similitudes entre nosotros y los demás.


La Comunidad chilena en Austria se ha transformado, lo político ya no tiene el peso de antes y no existen organicas políticas estructuradas. aún cuando l@s antigu@s militantes se sient@n emocionalmente ligad@s a su pasado de activistas y puntualmente participan en actividades solidarias.


Es el actúal un exilio apolitico? No! Nos alegramos por la muerte del asesino mayor y lamentamos que no haya pagado sus crimenes. aplaudimos al Juez Cerda, por su valentía, digna de ser seguida por ese Poder Judicial tantas veces complice de los crimenes y nos informamos avidamente y en profundidad del acontecer chileno, más ahora que se produce ese „despertar de las masas“. Pero la realidad nos muestra que es en Austria dónde tenemos una cierta posibilidad, pequeña pero real de intervenir en forma más activa. Es decir, el eje del interes político ha cambiado, sin que por ello deje de interesarnos Chile.


La crisis de identidad, el sentirnos desvinculados de “nuestro chilito” (mi abuelo, Julio Palestro Rojas, solía hablar así de “su Chile”) y el no sentirnos parte de la sociedad austriaca generó situaciones traumáticas, cuestión que solo hemos logrado superar (yo no sé si todos y ni siquiera me atreveria a cuantificarlo) generando una identidad sociocultural nueva, que asume y agrega valores y símbolos de la sociedad austriaca, que en su interacción nos permite “Ser”.


Lo que se produjo en el exiliado al llegar al nuevo país, fue un „choque cultural“, pasando después a una desestructuración y progresiva pérdida de la identidad, para finalmente conseguir un "amoldamiento" cultural. Pero, aúnque si bien es cierto hemos perdido elementos de identidad chilenos, hemos ganado nuevos que nos han venido a enriquecer.


Hemos recurrido miles de veces al “truco” de utilizar la memoria individual y colectiva y, a través del “recordar y rememorar”, le volvemos a dar sentido a la vida. Nuestra memoria reproduce y recuerda. Recordamos para contrarestar lo perdido, mientras hablamos del pasado, este sigue vivo y nos permite proyectarnos. Al recordar a nuestros compañeros asesinados, estos siguen vivos y nos dan la fuerza que tanto necesitamos.


Ahi estaban nuestros recuerdos, reforzados por las canciones de un Tito Fernandez, escuchabas “El Mañungo” y te acordabas de tus amigo de infancia en el Barrio o la Población. Escuchando “Adios Santiago querido” te veias caminando por la calle San Pablo y aledañas, tomando un helado en el “Café Paula” o comiendote un Lomito-Palta en “La Fuente Alemana”. No faltó quien se vistió de Huaso y con su bandera chilena baíló acompañado de su tristeza y su llanto, esa cueca frente a un espejo[46].


Chile “nos duele hasta el Alma” porque no sólo es el lugar dónde nacimos, sino que sobre todo es el lugar dónde nosotros “eramos”. Era el lugar de tu compromiso, tu identidad, tu pasado y tu futuro. Si hubiesemos podido almacenar las lagrimas y la pena, tendriamos un océano de dolor y de angustia pero también de una tremenda dignidad humana.


Muchos de los que hoy ya tnemos prematuras canas, los de las “Generaciónes de los Cuarentones y Cincuentones”, casados, con hijos y hasta nietos, teniamos por aquella época entre 12 y 18 años. La vida de y en este colectivo chileno aquí en Austria nos permitió que el sentimiento de pertenencia, de poseer una identidad común se prolongara en el tiempo por ya casi 38 años. De ahi que muchas veces nos sintamos pertenecientes a una “gran familia”.


Hemos establecido fuertes vinculos con las demas Comunidades latinas, mucho más débiles son los contactos con las otras minorias étnicas (mucho más grandes que la nuestra) de este país y nuestra relación con la etnia mayoritaria, con “los austriacos” siempre es una relación dificil. Aún los vemos como “cuadrados”, que “no saben vivir la vida” y que “piensan en la pura plata”, todas estas “ideas fijas” que la práctica ya hace bastante tiempo demostró que eran falsas.


Los chilenos en Austria vivimos una constante contradicción en lo que se refiere al sentimiento de identidad y desarraigo, ya que, por un lado, en general, nos creemos integrados a Austria, pero, por otro lado, decimos sentirnos “cien por ciento chilenos”


Así vivimos, mimetizandonos algunas veces, otras manifestando esas identidades culturales múltiples que manejamos en forma simultánea y confusa. Vivimos una contradicción permanente que ha de acompañar al exiliado.hasta el final de esta historia.


Como nos duele nuestro Chile, como extrañamos esa .. “fértil provincia y señalada en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada, por fuerte, principal y poderosa..”.


El exilio y los exiliados somos como ese “Holandés herrante”, barco y tripulación fantasma que nunca lograran encontrar la paz que tanto anhelan.






[1] Evidentemente hubieron otros aportes; en muchas organizaciones se descontaba “por planilla” o sea con boleta de sueldo en la mano, la parte que le correspondía al partido.


[2] Camino existente en el Parque del Danubio en Viena y que lleva el nombre de nuestro Presidente Mártir. En ese mismo Parque se encuentra el Busto de Allende.


[3] Monolito a Salvador Allende que se encuentra el el Distrito 11 de Viena, en el „Complejo Habitacional Salvador Allende“.


[4] Fiestas que realizaban el PC (la „Volksstimme“) y el PS ( la „Donauinselfest“) austriacos todos los años y en la cúal, los chilenos, teniamos espacios de ventas e información.


[5] El „Arauco“ era un Café, levantado por el PS (CNR) como un instrumento de financiamiento y a la vez Proyecto cultural. Se ubicaba en un Distrito bastante central de Viena. Aparte de lo gastronomico se pasaban peliculas en español y se realizaban charlas y actividades políticas. Era el centro de reuniones del PS (CNR).


[6] „Damnatio memoriae“ es una locución latinaque significa literalmente "condena de la memoria". Y se prácticaba en la antigua Roma y consistía en borrar el recuerdo del condenado.


[7] Por lo tanto no debe de extrañar si algo de lo que aqui se plantea nos parece conocido. Mas si tenemos experiencias y vidas similares en lo político, temporal y territorial.


[8] Segun el Censo de chilenos en el exterior hay alrededor de un millón de compatriotas viviendo fuera del país. Es decir, alrededor del 6% de la población total chilena.





[9] La visión arriba mencionada, compartida incluso por muchos de nosotros, al encontrar que una reparación es “algo inmoral” demuestra que aún trabajamos con categorias morales bastante enajenantes.


Fue ese mismo “moralismo” el que llevó a muchos, en su época, a asumir un retorno clandestino sin muchas condiciones (claro, ya lo sé, las condiciones nunca estan dadas, hay que crearlas!). Esto no desmerece ni disminuye el heroismo y el compromiso de quienes volvieron o al menos lo intentaron.


[10] Recordemos que en algunos partidos se condenaba por “desertor y cobarde” al que se exiliaba y se le expulsaba de la organización o se “rebajaba” su categoría orgánica. Los Jefes se „auto-autorizaban“, así es que rara vez sufrieron medidas diciplinarias.


[11] Incluso hoy es dificil imaginar la brutalidad con que se actuó en contra de la izquierda, el caracter terrorista y asesino de la dicadura, el miedo que se apoderó de los chilenos y el heroísmo y sacrificio sin limites de quienes permanecieron reconstruyendo las orgánicas populares.


[12] El status social, las vivencias y experiencias, el poder adquisitivo, el plano político, lingüístico y cultural.


[13] La identidad se construye o debilita a través de procesos sociales en dónde la interacción simbólica y la memoria colectiva son elementos determinantes para que los individuos se perciban y, a la vez, sean aceptados como parte de un colectivo.


[14] O sea, nos empezamos a dar cuenta que estamos desarraigados y la gran interrogante que se nos plantea es, hasta dónde los cambios son posibles y tolerables sin que nuestra identidad sea dañada en forma irreparable?


[15] Ésta diferencia la hago solo por razones metodológicas, en la lucha contra el racismo y la extrema derecha xenófoba no debemos aceptar ni utilizar elementos que pudiesen dividirnos.


[16] El desarraigo es un sentimiento de desconocimiento e incomprensión de la cultura en la que nos movemos y que nos rodea, cuestión que condiciona nuestro accionar y es ésta percepcióny/o sensación hacia la sociedad austriaca también la proyectamos hacia Chile. O sea..estamos mal!


[17] Sin contar con estadisticas y más haciendo solo memoria, me da la impresion que el porcentaje de quiebres en las relaciones fue mucho más alto que el estadisticamente “normal”.


[18] PS austriaco.


[19] PC de Austria.


[20] Maoistas.


[21] Trotzquistas.


[22] Eurocomunistas.


[23] Juventud Obrera Católica.


[24] Así nos vimos confrontados y enfrentados a un mar de intrigas y de sectarismo, cartas a organismos de solidaridad o partidos políticos austriacos, “denunciando” supuestos hechos actitudes de compañeros que no agradaban o le hacian “sombra” a los caciquillos de turno.


[25] Mientras esa Elite “se preparaba”. establecia relaciones, se apitutaba y permanecia impermeable a los problemas de la mayoria del exilio, otros participaban de las Huelgas de Hambre, organizaban las inumerables Peñas y multiples actos de solidaridad.


[26] Sé que no nos gusta tener que reconocer estas situaciones, pero seguir cubriendolas con un manto de silencio más daña que ayuda, sobre todo si queremos escribir la verdadera historia del exilio en Austria.





[27] En mi Pasaporte austriaco sale „Lugar de Nacimiento: San Miguel y no Santiago. Al fin y al cabo nací en el Hospital Barros Luco.


[28] El estado chileno tiene la obligación de indemnizar (aúnque ésta indemnización no necesariamente implica dinero) a las victimas de ésta violacion a los derechos humanos, es decir a quienes sufrieron el exilio. El Pacto de San Jose señala con toda claridad que el Estado, ante violaciones a los DD.HH. tiene una doble obligación. Por una lado, ofrecer a las victimas un recurso que sea rapido y eficaz para compensar ésta violación y por el otro, facilitar los medios que permitan reparar los daños morales y materiales consecuencia de ésta violación.


Al hablar de reparaciones entendemos que estas deben ser fundamentalemente de carácter moral.


[29] Al reducir el legítimo derecho a la reparación a un “simple” problema de dinero, se presupone, casi como idea fija, que el exiliado quiere apropiarse de recursos en forma sucia y se soslaya que la reparación a la que la mayoria de los exiliados aspira y merece, es de carácter moral.


[30] Periodo el cual evidentemente sólo se cerrará con la instalación de una Asamblea Constituyente y la elaboración democrática de una nueva Carta Fundamental, que sea la expresión libre y soberana de la voluntad popular.


[31] Quién se preocupa, fuera de la Bibliotaca Nacional, de recuperar o al menos catalogizar toda la producción intelectual que el exilio ha generado en estos más de 30 años?


[32] La identidad cultural, que es el asumir y compartir una escala de valores, "simbólicamente absolutos", nos conduce a organizar, jerárquicamente, normas de conducta derivadas del universo simbólico de una cultura dada. La identidad social en tanto normas de conducta, "simbólicamente relativas" estan en relación a la escala de valores de la cultura que decimos compartir. La identidad individual es el producto de la combinación específica de esas distintas identidades que una misma persona puede llegar a poseer.


[33] Chile es un país de “loca geografía”, aislado y los chilenos vivimos con la sensación, como dice Coco Legrand, de “haber quedado, con cueva, en el Mapa”. Muchos fenómenos, entre ellos el de la Diversidad ha sido poco estudiado, no tematizado en lo político y en lo jurídico. La capacidad de tolerancia de la sociedad es muy baja. Así también la xenofobia existente, que se expresa una y otra vez en el trato prepotente hacia con los inmigrantes peruanos y bolivianos.





[34] Aún y pese a que muchas veces ésto devino en un moralismo extremo, enajente y enfermante.


[35] Se rompía así, temporalmente, la relación asimetrica que nos encadenaba.


[36] Jefe de Grupo en una Industria.


[37] Controlador en la Locomoción Colectiva.


[38] Austriaca.


[39] Yugoeslavo.


[40] Compañero de trabajo.


[41] El HUMA, centro comercial ubicado a un costado de „Macondo“


[42] Cerveza.


[43] Lugar de encuentro dende los zancudos se festinaban.


[44] Peladero convertido en „Cancha de Futbol“.


[45] “El Hocicón de Macondo”, editado por Juanito Alarcón.


[46] Quien no recuerda el caso de los primeros chilenos que obtuvieron la nacionalidad? Nadie se atrevía a confesar “tamaña traición” y hasta principios de los años 90 del pasado siglo, el “hacerse austriaco” aún era mal mirado por la Comunidad.