Hungría se ha portado mal, en una forma que no se corresponde con las necesidades de quienes todo han perdido. Ha humillado a los refugiados y han "olvidado" que cuando ellos fueron los necesitados, se les abrieron las puertas a centenares de miles que pedían asilo.
Austria y Alemania han abierto sus fronteras, pero por sobre todo, han abierto sus corazones. Y esto ha sido en gran parte por la inmensa presión de "la calle", de la sociedad civil movilizada y activa.
La policía austriaca trató, sin resultados, de recabar información de las autoridades húngaras acerca de la cantidad de personas que se dirigían ya hacia la frontera. Hungría ni siquiera en eso cooperó!
De madrugada llegaban a Nickelsdorf algunos centenares de refugiados, cansados, agotados al máximo, pero felices. Por fin se encontraban con manos amigas que los recibían como corresponde actuar con seres humanos que buscan asilo.
De madrugada llegaban los primeros 4 buses a la Estación Central y hace poco llegaba a la Estación de Trenes Oeste de Viena el primer tren (con 400 refugiados) desde que se abrió la frontera. En el intertanto, centenares de refugiados, que cruzaban a pie la frontera, eran recibidos con aplausos por los voluntarios que estaban esperándoles para atenderlos.
Después de ver tantas imágenes de niños, de hombres y mujeres ahogados, muertos por la inoperancia y la insensibilidad de unos y la codicia de otros, el ahora ver a los voluntarios, a los de los servicios de primeros auxilios, a la policía austriaca, AYUDANDO en todo lo posible, reconforta el alma.
Las autoridades austriacas, sobre todo las de la comuna de Viena, han reaccionado bien, con humanidad, tratando a seres humanos que han sufrido lo indecible, con respeto y dignamente, es decir, como debe ser.
La ola de solidaridad sigue y crece con cada minuto que pasa. Incluso el Equipo Nacional de Fútbol, que juega hoy un partido por la clasificación para el Campeonato Europeo, entregó una declaración en la que exige respeto y apoyo a quienes están buscando refugio. Antes del partido se hará un minuto de silencio.
Hoy llueve en Austria y yo creo que es la naturaleza que está llorando, esta vez emocionada por un Pueblo que está mostrando su tremenda capacidad de solidarizarse
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