lunes, 16 de febrero de 2015

Al menos que nos sirva para caminar juntos!

La muerte nos ha estado golpeando duramente en estos últimos días. Eso da que pensar....
Quizas por eso recuerdo el TESTAMENTO de Silvio, maravillosamente cierto y dolorosamente necesario.
Pero, y pese a que la muerte nos espera en cada esquina, sabemos que es parte de la vida. Es parte de ese Alpha y ese Omega que no podemos ni evitar ni hacerle trampas.
Las dolorosas y lamentables partidas, imprevistas y crueles las dos primeras, brutalmente esperada esta última y no por eso menos triste, nos hacen rememorar lo pasado, revisar nuestro presente y mirar el futuro, tal vez de una manera un poco distinta a como lo mirabamos ayer.
Ante tanta corrupción, mezquindad y cobardía, no nos queda más que insistir en la justeza y necesidad de ese Proyecto de Vida, de esa Utopía que parece innalcanzable y que, sin embargo, está tan cerca.
Qué podemos, qué debemos hacer? Creo que tenemos una sola alternativa: Seguir aportando a la vida, construyendo espacios solidarios, entregando lo mejor de uno para ese Gran Proyecto que es construir sociedades justas, equitativas y vivibles para todos.
Porque ese horizonte de humanidad al que aspiramos hoy es más necesario que ayer. Porque ya no podemos aceptar más escusas, porque tenemos miles de razones que no permiten seguir esperando.
Y, parafraseando a Galeano, sino alcanzamos esa Utopía que perseguimos, al menos que nos sirva para caminar juntos!
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"Como la muerte anda en secreto
y no se sabe qué mañana,
yo voy a hacer mi testamento,
a repartir lo que me falta
—pues lo que tuve ya está hecho,
ya está abrigado, ya está en casa—.
Yo voy a hacer mi testamento
para cerrar cuentas soñadas.........

.........Le debo una canción a una bala,
a un proyectil que debió esperarme en una selva:
le debo una canción desesperada,
desesperada por no poder llegar a verla.

Le debo una canción al compañero,
al compañero de riesgos, al de la victoria:
le debo una canción de canto nuevo,
una bandera común que vuele con la Historia.

Le debo una canción, una, a la muerte,
una a la muerte voraz que se comerá tanto:
le debo una canción en que hunda el diente
y luego esparza con la explosión fuegos del canto............"

(Silvio Rodriguez)

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