domingo, 13 de noviembre de 2011

Que veinte años no es nada?

Me levanto corriendo, contesto medio nervioso, me imaginaba la razón del llamado. “Ya, perfecto,  quedate tranquila, acá todo en orden, me preocupo de dejar a los niños y parto“.

Corriendo, a la ducha, preparar un Café rapido, una leche con cacao para mis enanitos, llamados por teléfono a unos amigos…“pueden ver a los niños? No, no es necesario que los lleven a la escuela, hoy hacen la „cimarra“ oficial y autorizadamente!“.

Llamo a los viejos y hablo con mi Papá.. „Sí, hay que correr, …...te espero en un rato. Lo de los niños ya está resuelto, no se preocupen“.

Casi cómo en el aire nos arreglamos, „desayunamos“ y  poco menos que en la calle termino de peinar a los niños. La mañana está agradable aún cuando todavía está oscuro. A „marchas forzadas“ caminamos rumbo a la casa de los Pinto. Cristina va a quedarse a cargo de los chicocos. ….“cualquier cosa, avisanos“; „No se preocupen, los mantengo informados“.

En ese momento aparece mi  Papi, me subo al auto………partimos soplados. 20 minutos depués ya hemos llegado, subimos las escaleras corriendo, agitados y nerviosos. Un pequeño intercambio de abrazos, un „vayase tranquilo“ y mi Papi parte.

Son ya las 7 y 30 de la mañana y esta vez la cosa va en serio!

8.40 horas y estamos en el „séptimo cielo“. En este preciso momento nace el tercer hijo. Despues de 8 años volvemos con Olga a sentir una vez más esos retorcijones y enredos de tripas, razones y sentimientos que provocan esas vidas chiquititas cuando llegan.

Pablo hizo su „entrada triunfal“ a este mundo tan tranquilo y tan meditadamente como siempre lo ha sido en su vida posterior.

Olga está bién, contenta y tranquila, cansada y „chocha“. Una semana lleva ya en la Clínica: Varios „ahora si“ y una y otra vez falsa alarma. Una semana en que lo único que podíamos hacer era seguir esperando. Pero ahora fue en serio! El agotamiento se le nota en la cara, pero ya los dolores del parto han pasado……ahora vienen los dolores y las alegrías de criar una nueva vida.

Salgo de la Sala de Partos a hacer los llamados correspondientes, a mis padres, a los suegros, a mi abuelita Ana, a los amigos y pienso que la vida, pese y después de todo, es bellisima.

20 años han pasado desde ese momento y hoy, al mirar a mi hijo, me siento tan orgulloso de él, al igual que de los dos mayores. Es un muchacho de una inteligencia privilegiada, sencillo, amable, querendón y solidario. Con el corazón bien puesto al lado izquierdo del pecho, de la vida y de la historia.

Si, Pablo es un buen hijo, un buen hermano, un buen tio. De una capacidad de análisis critico tremendo, capaz de desmenuzar problemas y armar soluciones, no siempre facil de entender y siempre capaz de sorprendernos.

Un joven que nacido en el extranjero se siente tan chileno como el que más. Que vibra y sufre con lo que pasa en „nuestro Chilito“, orgulloso de su familia, de su sangre, historia y apellido. Que mezcla más hermosa la de él y la de sus hermanos! Nieto y bisnieto de luchadores sociales que entregaron todo, criado escuchando, sintiendo y vibrando con La Marsellesa Socialista y La Internacional, entre libros, panfletos, documentos, estudios y marchas. Y asi, se ha ido formando su propio criterio, cometiendo sus propios errores y soñando y delineando su propia utopia.

Nos ha dado miles de alegrías, de sustos y rabias. Hemos llorado y reído, de contentos y de miedo. Hemos pasado centenares de noches sin dormir, cuidando su sueño, sintiendo su pulso, mirando su rostro de niño bueno.

Que 20 años no es nada? No, eso no es cierto: es el tiempo en que una vida maravillosa ha ido adquiriendo nombre, rostro y personalidad propia. Es nuestro hijo, Pablo Sebastian que hoy, 13 de noviembre del 2011, cumple 20 años.

Hijo, para ti en este día especial, recibe lo que más te podemos dar: nuestro amor, nuestro cariño.

Un abrazo grande y apretado de tus padres que te quieren.

No hay comentarios.: